1 - El “Problema”
Este, puede ser cualquier gran catástrofe, lo suficientemente grande como para estar en la palestra pública durante varias semanas. El “problema” podría tomar una de estas tres formas:
- Creado exclusivamente con el propósito de llevar a la población a la búsqueda de una “solución”. La mayoría de las personas no lo verán de esa manera, ya que serán manipulados para creer que realmente existe un “malo” ahí afuera, ocasionando el “problema”. La mayoría de las aplicaciones se encuentran en esta categoría.
- No existe ningún problema real, pero se lleva a la población creer que sí existe. No se requiere un verdadero “problema”, sólo la percepción del mismo. Ejemplos de ello, son las supuestas armas de destrucción masiva, de Saddam Hussein, y el calentamiento global, al que más tarde “ellos” denominaron “Cambio Climático”.
- Un evento fortuito, no creado por la élite, que es aprovechado por la misma para guiarnos a buscar una “solución” que ya estaba planteada. Aunque es una opción menos común. Realmente, nunca podremos saber si algo carecía de intención verdaderamente, o si simplemente no hemos sabido conectar todos los puntos. Esta categoría se concentra, normalmente, a eventos locales más pequeños.
Cualquiera que sea su forma, el “problema” puede prolongarse incluso artificialmente, si fuera necesario, con el fin de saturar la mentalidad pública con el mismo.
2 - La “Reacción”
Por lo general, implica el miedo prolongado y el pánico general de la población. Ocupará las noticias por semanas. Al público se le hará recordar constantemente la situación a lo largo de todo el día, a través de televisión, la radio, los periódicos e Internet. Incluso, los programas de televisión se verán constantemente interrumpidos por “avances informativos”, con el color rojo rebosando por toda la pantalla, a fin de invocar el pánico y el miedo.
La mayor parte de la gente estará tan angustiada, que sus mentes se encargarán del resto. Ahora, aceptarán con entusiasmo, aquello a lo que tan sólo unas semanas antes se habrían opuesto enérgicamente.
3 - La “Solución”
La “solución” siempre nos lleva a avanzar un paso más hacia ese estado policial mundial que se busca establecer con el Nuevo Orden Mundial. Por lo general, toma la forma de nuevas normas y reglamentos, que otorgan a la clase dominante más poder y control, a expensas de la libertad, la prosperidad y la privacidad de las personas.
El tamaño de ese paso hacia el Nuevo Orden Mundial, estará en relación directa con el tamaño de la “reacción” provocada. Y siempre, del tamaño adecuado y justo, para que la mayoría de la gente acepte de buen grado la misma.
A menudo, un proyecto de ley al Congreso, u otra legislación, está preparado y listo incluso antes de crearse el “problema”.
Dado que este artículo tendrá lectores a escala internacional, vamos a utilizar ejemplos que causaron gran conmoción e impacto en los medios de comunicación internacionales.
LOS DISTURBIOS DE LONDRES DE 2011
Los disturbios surgidos en la capital británica en el año 2011, se diseminaron por otras cuatro ciudades inglesas en cuestión de días, ofreciendo uno de los ejemplos más brillantes de cómo la dialéctica hegeliana es utilizada por las élites.
En primer lugar, se preparó el campo para que surgiera un motín, utilizando diversos medios:
- Se fomentó el odio a la policía, implementando una política de “detener y registrar”, claramente sesgada en contra de los jóvenes negros.
- Se triplicó el costo de la matrícula universitaria, en unos momentos en que la reducción de la ayuda financiera educativa se hizo más aguda, forzando a miles de jóvenes a abandonar la escuela y lanzarse a la calle.
- Los bancos reprimieron aún más el crédito, a fin de mantener la economía deprimida y aumentar la pobreza, el desempleo y la dependencia del bienestar.
- Las condiciones sociales y los medios de comunicación promovieron la desintegración familiar, alienando aún más a los jóvenes.
- La odiosa brecha entre ricos y pobres se hizo más evidente, al darse a conocer el escándalo de los gastos parlamentarios y las extravagantes primas otorgadas a los banqueros.
Para entonces, crear el “problema” ya era una labor bastante sencilla. La muerte a tiros a manos de la policía de Mark Duggan, un joven negro que viajaban en un taxi, y la golpiza policial a un joven de 16 años de edad, que se había dirigido a un agente sólo para hacerle una pregunta, bastaron para provocar un motín que pronto se extendería a otras ciudades.
Pero, era necesario que el “problema” durara lo suficiente como para provocar la “reacción” deseada. Por lo que la policía inglesa recibió la orden de “aguardar y observar”, a fin de dar tiempo a que la situación se inflamara y que las cosas parecieran estar fuera de control.
La “reacción”, fue que la gente se mantuvo pegada a sus televisores, temerosos de cuán lejos podrían ir las cosas y de cómo les iba a afectar. La gente escribía blogs al respecto, incluso, redactaban artículos en HubPages en los que se consolaban los unos a los otros en la sección de comentarios.
A continuación, la atención se centró en: ¿Cuáles eran las causas de aquella situación? ¿Qué hay que hacer para evitar que se repita? Y: “Por favor, ¡hagan algo! ¡Aceptaremos cualquier cosa con tal de que paren esto!”
Tan sólo un día después del inicio de los disturbios, ya se estaba implementando una “solución”. La libertad y la privacidad de la mensajería móvil fueron citadas como la principal causa de esos disturbios. Tan eficaz, fue la manipulación llevada a cabo, que los disturbios finalmente fueron conocidos como los “Blackberry Riots”.
Implantar una matriz de opinión temprana, acompañada de una repetición constante que reforzara la misma, fueron las técnicas de control mental utilizadas para lograrlo. Después de repetir hasta la saciedad que el sistema de Mensajería Blackberry había sido la causa de los disturbios, el público llegó a creérselo, olvidando por completo las verdaderas causas que dieron origen a los mismos.
La “solución”, finalmente fue implementada. Ahora, las entradas a las redes de mensajería, las redes sociales, las coordenadas GPS y otros tipos de información de carácter privado, pueden ser monitoreadas libremente por la policía, bajo el pretexto de prevenir “actividades sospechosas”.
Además, el éxito del cambio alcanzado en la opinión pública, se hizo evidente en un sondeo realizado para la cadena Sun TV, de NewsCorp, en el que se mostró cómo el 77% de la población británica se mostraba favorable a que el ejército hubiese permanecido en las calles londinenses (ley marcial) durante los disturbios, y como el 33% estaba de acuerdo en que los manifestantes deberían ser fusilados sin contemplaciones.
Sobra decir, que el Reino Unido se encuentra ahora un paso más cerca de ese aborrecible estado policial mundial.
EL ATAQUE A LAS “TORRES GEMELAS”
Todos sabemos que el mundo cambió a lo grande ese 11 de septiembre del año 2001. Como ejemplo a gran escala del uso de la dialéctica hegeliana, los ataques del 11S sólo tienen correspondencia con el uso que se hizo de ella en la I y II Guerra Mundial.
La gente, todavía hoy habla de cómo eran las cosas antes del 11S. Recuerdan cómo era el viajar, en una época en que la policía sólo estaba preocupada por la debida aplicación de la ley. Y, esto es así, porque a partir del día siguiente se implementó la fatídica “solución”. Una inefable ley conocida como “The Patriot Act”.
Ahora, el gobierno y la policía pueden buscar, incautar y detener a voluntad, los aeropuertos tienen escáneres con visión de rayos X y la vigilancia policial y el poder del gobierno han aumentado considerablemente.
El “problema”, por supuesto, fue el ataque terrorista a las Torres Gemelas y el Pentágono, y el cuarto avión siniestrado. Eventos en los que se produjo la horrible muerte de cerca de 3.000 personas.
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