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"La ausencia de medidas sólo permitirá recuperar una parte reducida del empleo perdido", dice Cardoso

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Creso, el Rey de Lidia, consultó al oráculo de Delfos qué debía hacer ante el avance del ejército persa. La respuesta fue contundente: si decidía hacer avanzar a su ejército, destruiría un imperio.

Independientemente de su resultado final, la predicción de dicho oráculo es magnífica, ya que no da pie a equivocaciones: tanto en la victoria como en la derrota, lo que finalmente sucedió, el oráculo es vindicado, ya que no importa lo que acontezca, un imperio caerá.

De acuerdo a Michael Wood, un gran historiador británico, los economistas tienen la manía de hacer las veces de oráculos y de hablar sin expresar absolutamente nada (la vida se les va en ello), al tiempo que lo dicen todo. O, casi todo.

El economista del BBVA Research en España, Miguel Cardoso, tratando de evitar navegar entre dos aguas, hace una lista “audaz” de 10 predicciones, que muy probablemente se cumplan durante el presente año.

Predicción uno: Las exportaciones de España continuarán con su tendencia actual de crecimiento, y a pesar del estancamiento que se observa en el resto de Europa.

Predicción dos: El dinamismo de la inversión, en cuanto a maquinarias y equipamiento, apunta claramente a que las empresas españolas han de continuar ganando cuota de mercado en el extranjero, ayudadas en primer lugar por la debilidad del euro, por el que durante el presente año llegará a pagarse (predicción), en promedio, menos de 1,20 dólares.

Predicción tres: Los precios del barril de petróleo rondará los 70 dólares. Ambos factores deberían promover también un proceso de sustitución de las importaciones, que ayudaría a los productores domésticos, en un claro detrimento de los externos.

Predicción cuatro: La disponibilidad de crédito no será un problema para las empresas y las familias. Con un 23% de paro y niveles de endeudamiento elevados, existe una parte del sector privado cuya accesibilidad a la financiación se encuentra limitada. A esto se refiere la expresión “demanda solvente”. Sin embargo, el proceso de desapalancamiento que se ha observado durante los últimos seis años por parte de algunos agentes, el punto de inflexión de la economía.

Predicción cinco: La fuerte disminución que se espera en los tipos de interés en el crédito al sector privado deberían fomentar el aumento de la demanda por crédito en 2015.

Predicción seis: Aunque el stock de crédito seguirá disminuyendo, debido a las elevadas amortizaciones, los flujos de nueva financiación continuarán aumentando y apoyando el crecimiento de la demanda interna.

Predicción siete: El crecimiento de la economía española se explicará por el aumento de la demanda interna. A pesar del incremento de las exportaciones, tanto la política monetaria (ver arriba) como la fiscal, apoyarán las decisiones de gasto de empresas y familias en España.

Predicción ocho: En particular, las comunidades autónomas no cumplirán nuevamente con su objetivo de déficit en 2015. Armados con un aumento en las transferencias del Estado y con una disminución en los tipos de interés, los gobiernos autonómicos incrementarán el gasto en el primer semestre del año, incentivados por el final del ciclo electoral.

A lo anterior, se añadirá una disminución de los tipos impositivos y de algunos que otros impulsos fiscales, para que, por primera vez desde el inicio de la crisis, tanto la política fiscal como la monetaria se encuentren verdaderamente sincronizadas con la situación cíclica de la economía española.

Predicción nueve: La economía española mostrará un falta de acople respecto al resto de Europa, creciendo cuando menos alrededor de un punto por encima del promedio. El impulso de todos estos factores, que se han numerado arriba, será mucho menor en otras economías menos dependientes de la demanda externa, de la energía o en donde las políticas llevan apoyando la demanda interna por un tiempo prolongado.

Predicción diez: Todo esto continuará pareciendo insuficiente. Los analistas siguen a la espera de un crecimiento del 2% para el siguiente año que no será suficiente para reducir significativamente la tasa de paro, el déficit público o el endeudamiento externo.

Los desequilibrios que se mantienen en la economía española son de tal gravedad y de tan elevada magnitud, que requieren acciones urgentes, mucho más allá de las que ya se han tomado.

En su ausencia, tal recuperación apenas alcanzará para recobrar tan sólo una muy reducida parte del empleo perdido durante la crisis.

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