Redaccion | Octubre 04, 2014
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Una niña pronuncia con dificultad el cartel que Adrià Rodríguez sostiene. “Renta Básica”, lee. Ambos están en el parque del Guinardó, en la ciudad de Barcelona. Pero por razones muy distintas. Ella jugando. Rodríguez, de 24 años, para hablar sobre el 15-M. Un movimiento en el que se implicó desde su gestación.
“Fui muy enfermo a la primera de las manifestaciones, con fiebre”, cuenta este joven licenciado en Bellas Artes. Siguió y apoyó las acampadas a las que no pudo asistir, twitteando. Y en cuanto mejoró, acudió a la plaza de Cataluña. Allí, acompañado por una multitud de manifestantes como él, durmió “tres o cuatro noches”.
Considera que tomar el lugar “sirvió para que el movimiento creciese y se consolidase”. Pero está a favor de que se acabase. “Hay otras formas de organización, como las asambleas de barrio”, expone.
Para empezar, Rodríguez explica qué es eso de la renta básica: “Un salario mínimo, garantizado, incondicional y universal para todo el mundo”. El movimiento que discute la medida, todavía no ha acordado una cantidad mínima. “Puede ser igual o un poco inferior al monto del salario mínimo interprofesional, 640 euros”, avanza Rodríguez. El nacimiento nos daría derecho a ella. “Hasta los 18 o los 20 años, recibirías la mitad. A partir de entonces, la totalidad”, desgrana.
Especialistas en economía, como el profesor Santiago Niño-Becerra, han vuelto a hablar, una vez más, de la enorme desigualdad existente en la sociedad actual, de la necesidad de implantar una Renta Básica Universal y del grave problema del desempleo en España.
Los expertos están bastante claros al respecto: “El problema no se halla en lo muchísimo que ingresan los ricos, sino en lo poquísimo que ingresan los de abajo”.
En este sentido, Niño-Becerra recuerda que en la época en la que el país “iba bien” la tasa de pobreza no bajó del 18%, mientras que ahora se sitúa en el 24%. Aunque la diferencia radica en que en ese momento la tasa de desempleo estaba en el 8% y ahora ronda el 25%.
El catedrático, cree que la Renta Básica en España será un hecho que no va a tardar, a fin de evitar una revolución de la población activa que nunca podrá sumarse al sistema productivo por la débil demanda de trabajo.
¿QUE ES LA RENTA BASICA?
El profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, Daniel Raventós, explica que “la Renta Básica es una asignación monetaria incondicional a toda la población, bien diferente a los subsidios condicionados por alguna circunstancia, como ser pobre o estar en el paro”.
Dicha Renta Básica, no estaría sujeta al gravamen del IRPF, suplantaría a toda prestación pública monetaria de cantidad inferior, pero tendría que ser complementada cuando fuese al contrario, es decir, que el monto de la prestación fuese superior a la cantidad monetaria asignada a dicha Renta Básica.
¿POR QUE SERIA NECESARIA?
Niño-Becerra argumenta que hay que “garantizar el sustento mínimo a una población que siendo activa ya no es necesaria”, una población que no va a formar nunca parte del sistema productivo debido a la falta de demanda de trabajo.
“Sea para mantener la paz social o para permitir la pervivencia de un sistema productivo menguante, pienso que la Renta Básica será un hecho a no muy tardar, por necesidad”, sentencia el conocido catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramón Llull, de la ciudad de Barcelona.
¿ES VIABLE?
El presidente de los Técnicos del Ministerio de Hacienda, Gestha, Carlos Cruzado, explica que según las condiciones de España, la cuantía de esta Renta Básica debería ser de unos 645,3 euros mensuales.
“El coste de implantarla en España, para todos los ciudadanos, sería de 361.000 millones de euros anuales, una cantidad que desborda los ingresos tributarios totales”, explica Cruzado.
Otra opción sería “la adopción de una Renta Básica limitada a las personas en riesgo de pobreza, para lo que se necesitarían más de 72.000 millones de euros anuales, una cifra que tampoco sería viable ya que supone casi el 40% de la recaudación global”, argumenta el presidente de Gestha.
Alemania implementó en 2005 una serie de programas, todos ellos denominados “Hartz”, en los que se ayuda a los parados de larga duración y a las familias sin recursos. Podríamos decir que es algo así como una variante de una Renta Básica. El programa “Hartz IV”, vigente en la actualidad, incluye el pago de alquileres, calefacción, conexión a Internet, pago de gastos de mudanza, subvenciones en el trasporte público, ventajas fiscales y la asignación de 380 euros mensuales, por cada adulto de la unidad familiar, más 220 euros por cada uno de los hijos.
A cambio de esta Renta Básica, los receptores deben realizar trabajos ocasionales de interés comunitario, como barrer parques o de obrero en obras públicas, entre otros.
En Suiza, está prevista la celebración de un referéndum sobre la Renta Básica. Una porción de los ciudadanos helvéticos reclaman una ayuda de 2.500 francos al mes, el equivalente a unos 2.000 euros.
Por ahora, en España, la música suena para la Renta Mínima de Inserción para las personas más desfavorecidas. Pero, Adrià Rodríguez, insiste en la diferencia: “La Renta Básica es para todo el mundo y acaba con la estigmatización”. “Recompensa las actividades, la estructura material que sostiene nuestra sociedad, como la reproducción o la generación de conocimiento”, añade.
La propuesta pretende facilitar unas condiciones “mínimas de existencia”. También para los que más tienen. “Es una de las grandes críticas”, cuenta Rodríguez. Pero argumenta que de sus bolsillos saldría parte del fondo para la prestación. “Perderían dinero”, indica, convencido. Y lanza sus propios cálculos: “Con un impuesto que gravase con un 0,5% las transacciones financieras europeas se aseguraría una renta básica de 341 euros para los europeos”.
Llegados a este punto, Niño-Becerra se pregunta: “¿Se quiere reducir la desigualdad?”. Y su respuesta es que: “Entonces hay que reducir el paro, aumentar los salarios más bajos y que el modelo de protección social vuelva a funcionar”.
“Pero resulta que existe un exceso de oferta de factor trabajo, la actividad económica no repunta, la renta media disponible no sube, y los recortes en el gasto público van a más porque reducir el déficit y pagar los intereses de la deuda es lo primero, y subir los impuestos da poco ya de si”, explica el catedrático.
La renta, además, esconde la clave para salir de la crisis. Para Adrià Rodríguez, el paro es estructural, por lo que los gobiernos difícilmente podrán crear empleo y arrancar a la sociedad de la “inestabilidad” en la que está inmersa. “La renta básica universal nos sacará de la crisis y romperá la precariedad porque es un cojín de seguridad y estabilidad”, afirma. Además, permitirá que las personas se “dediquen a lo que más le gusta, que es también donde más pueden aportar”.
“En España, tenemos un gobierno que nos dijo que se preocuparía por lo social y, sin embargo, ha aplicado el neoliberalismo como nadie antes”, reclama. Recela de los partidos mayoritarios, pero tampoco cree que tengan margen de actuación. El futuro lo deciden el Fondo Monetario Internacional, la férrea canciller alemana, Angela Merkel, y el Banco Central Europeo, según Rodríguez.
Pero los ciudadanos pueden darle la vuelta. “La lucha de los pobres, de los que no tienen nada, ha cambiado históricamente las condiciones de existencia y ha conseguido un nuevo bienestar”, dice. Teme que el 15-M sólo no lo logre, pero augura una lucha “amplia europea”. “Lo conseguiremos”, vaticina.
Para finalizar, Niño Becerra considera que se va a acabar instaurando una renta básica “por una razón de orden público”, aunque eso no reducirá la desigualdad social.
El avance de la tecnología y el crecimiento del peso del factor capital en el proceso productivo, está produciendo una caída en la demanda del factor trabajo en las sociedades occidentales. Las máquinas realizan las tareas rutinarias que antes efectuaba la mano de obra, por lo que sobra fuerza de trabajo.
“Una consecuencia de este hecho, es el creciente incremento en la desigualdad de la renta dentro de los Estados desarrollados”. Según señala Santiago Niño-Becerra, por esta razón, la Renta Básica será necesaria, “para mantener la paz social”.
Por lo demás, el experto no piensa que vayan a producirse disturbios antes de que se dé inicio al periodo de recuperación. “La recuperación será muy localizada y muy limitada. Y, las revoluciones, ya no están de moda”, sentencia.