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Una de cada cinco mujeres no llegan a experimentar dolor en el pecho al sufrir un episodio de este tipo
Una de cada cinco mujeres no llegan a experimentar dolor en el pecho al sufrir un episodio de este tipo

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Un equipo de expertos del Instituto de Investigación de McGill University Health Centre y de la Universidad de British Columbia, ambas en Canadá, ha verificado lo que en la teoría se sabía pero que “nunca se había comprobado en una población tan grande”.

Así lo explica el especialista español, Leopoldo Pérez Isla, actual jefe de la Unidad de Imagen Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, de la ciudad de Madrid, al comentar este estudio.

“Hay que alejarse de la imagen de un hombre mayor que se toca el pecho antes de un infarto”, señala el principal autor de esta investigación, Louise Pilote, jefe de Medicina Interna de la Universidad McGill.

“La realidad nos enseña, que el dolor en el pecho, la edad y el sexo, ya no son los únicos rasgos que pueden determinar el ataque cardiaco", indica la especialista.

"Nuestro estudio demuestra que los jóvenes y las mujeres también sufren este tipo de problemas coronarios y no siempre van precedidos del dolor en el pecho”, agrega.

El dolor torácico es un síntoma, por lo demás clásico, que suele conllevar la realización de pruebas para el eficaz diagnóstico de síndromes coronarios agudos (infarto o angina), a pesar de ello, hasta el 35% de los pacientes con este problema no experimentan dicho signo.

“Por ello, son algo más propensos a un mal diagnóstico en urgencias, por lo que tienen más riesgo de muerte que los individuos que sí refieren este dolor”, indica Pilote.

Y, concretamente, las mujeres hasta los 55 años. Estas son bastante más propensas a esta situación, según las conclusiones publicadas en la revista “JAMA Internal Medicine”.

El equipo de Pilote y Nadia Khan, profesora asociada de Medicina en la Universidad British Columbia, de Vancouver, Canadá, evaluó a 1.015 pacientes jóvenes, hasta los 55 años, que fueron ingresados en el hospital con infarto o angina de pecho. El 30% eran mujeres.

De acuerdo con los resultados, el dolor torácico como síntoma previo al episodio coronario se dio en el 80% de los casos, especialmente en ellos. Es decir, entre quienes no experimentaron este dolor, el 19% eran mujeres y el 13,7% hombres. También “vimos que las mujeres jóvenes sin dolor en el pecho tuvieron además menos síntomas en general, en comparación con las que no sintieron este dolor, de media, 3,5 síntomas frente a 5,8”, señala Pilote, quien puntualiza que la ausencia del dolor torácico no implicaba un infarto menos grave. Tanto unos como en otros presentaban niveles elevados, y muy parecidos, de troponina en sangre, una proteína del músculo cardiaco, y de estenosis coronaria, el estrechamiento de las arterias.

En definitiva, “aunque el dolor de pecho es el síntoma más común en ambos sexos, ni es el único ni es imprescindible”. Hay otros síntomas reveladores, como la debilidad, la dificultad para respirar, la aceleración del ritmo cardiaco, sensación de frío, sudores, entre otros. Concretamente las mujeres de este estudio que no referían dolor torácico sentían otros signos: “debilidad, sofocos, dolor de espalda, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, de cuello y de garganta”.

En este punto, y dado que anteriores estudios han planteado diferencias entre ellas y ellos, concretamente sobre los síntomas precios al infarto, un nuevo trabajo, publicado en la revista “The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism” (JCEM), asegura haber encontrado una de las explicaciones de que el riesgo de enfermedad cardiovascular varíe en función del sexo.

Al parecer, la clave está la insulina. Cuando el cuerpo no usa esta hormona adecuadamente aumenta el riesgo de diabetes y problemas coronarios. Según investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (EEUU), antes de los 50, las mujeres tienen una capacidad biológica para compensar la disminución de la respuesta del cuerpo a la insulina, pero después de este umbral no. “Esta diferencia podría justificar que el hecho de que las mujeres suelan desarrollar enfermedades del corazón 10 años más tarde que los hombres”, concluyen los autores.

Sea antes o después, es importante saber identificar los síntomas que avisan de estos eventos cardiacos. “Hay que desmitificar que el dolor de pecho. Mucha gente cree que el infarto sólo puede manifestarse así y hay otros sí síntomas”, subraya el doctor Pérez Isla. “He visto personas con infarto que creían tener un corte de digestión y otros que referían dolor de muelas. Lo mejor es que, ante cualquier síntoma raro y nuevo, la persona acuda al médico”.

Según un editorial que acompaña al primer estudio sobre las señales de alarma, de varios expertos del Hospital Brigham de Mujeres, de Boston, Estados Unidos, dados todos estos resultados, “deberíamos recordarnos a nosotros mismos que incluso sin dolor en el pecho, algo serio podría estar pasándole al paciente”.

Como dice el médico español, “es importante que la población se conciencie de que tratar un infarto a tiempo supone un importante beneficio para la supervivencia, la calidad de vida del paciente y para no consumir recursos innecesarios”

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