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Astrid Menasanch Tobieson, directora y dramaturga, miembro del grupo de teatro Stå! Gerillan
Astrid Menasanch Tobieson, directora y dramaturga, miembro del grupo de teatro Stå! Gerillan

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A continuación, les transcribimos de forma íntegra, una angustiosa “Carta Abierta”, que escribió la dramaturga sueca, Astrid Menasanch Tobieson, dirigida a los periodistas de ese país escandinavo.

Desde su publicación el pasado 18 de diciembre, la misma, ha tenido gran repercusión en los medios de comunicación suecos y no ha parado de recibir comentarios en las redes sociales, donde se ha hecho viral.

Sobran nuestras palabras…

“Les escribo con un sentimiento de conmoción e indignación. Les escribo en base de cuanto quiero a muchas personas que se encuentran en un punto geográfico específico, España, que dentro de tan sólo unos pocos días emprenderá el camino desde una democracia real y abierta, hacia una pseudo democracia fascista y de carácter autoritario.

Les escribo, en base a que observo lo sucedido en Kärrtorp, Estocolmo (donde un grupo de choque fascista atacó a una manifestación pacífica antirracista, hace apenas unos días) y, a lo que sucede ahora en España, como una misma cosa: el avance del fascismo y de la indiferencia de la sociedad ante todo lo que sucede.

El próximo viernes, 20 de diciembre, el gobierno de España aprobará una ley cuya única meta es acabar con las protestas y las manifestaciones. El método: conseguir el silencio con la utilización del miedo. Les pido pues vuestra ayuda, les pido que cubráis esto.

El pasado sábado, en la ciudad de Madrid se organizó una de las 6.000 manifestaciones que España ha visto en el último año. Os lo vuelvo a decir: seis mil.

En los últimos dos años, la red de protección social en España ha sido desmantelada.

Se ha intentado privatizar los hospitales, el derecho laboral ha sido transformado desde sus cimientos, una gran cantidad de gente ha sido despedida de sus trabajos, muchas familias han sido desahuciadas de sus hogares, los teatros se han privatizado y, en las escuelas, la educación para la ciudadanía se ha suspendido. Este viernes, el gobierno además aprobó la nueva ley del (anti) aborto.

Lo que se ha llamado crisis económica es, y lo ha sido desde el principio, ante todo una crisis democrática en donde la represión es, ha sido y, con la ayuda de la ley, será la principal herramienta para obstaculizar la libertad de expresión.

La cobertura mediática en Suecia sobre la situación en España ha sido escasa y el análisis desde un punto de vista social ha sido inexistente. Como si lo uno no estuviera conectado a lo otro. Pero lo están.

La manifestación, este sábado pasado, se convocó fuera del congreso de Madrid, con el propósito de protestar en contra de una nueva propuesta de ley, La Ley de Seguridad Ciudadana. Esta ley contiene 55 artículos que toman represalias en contra del manifestante, según una escala clara en donde un ciudadano se penalizará con multas de entre 100 a 600.000 euros, por 55 actos de distinto tenor. Una tercera parte, se consideran como infracciones muy graves, la mitad graves y el resto se consideran como infracciones leves.

¿Las infracciones? Para empezar, todas las manifestaciones no comunicadas frente a la sede del congreso u otro edificio estatal, como la del pasado sábado en Madrid, serán prohibidas y penalizadas con hasta 30.000 euros por participante. Esto, se pondrá en práctica, cuando varias personas reunidas en un mismo lugar sean consideradas como un grupo unificado.

La prohibición en contra de las manifestaciones no comunicadas, también se aplicará a las redes sociales. Unirse como grupo en Internet, en torno a una opinión, será sancionado con 30.000 euros. Convocar un grupo, en las redes sociales o en otro lugar público, en torno a símbolos y banderas estará prohibido, y se le aplicaran 30.000 euros de multa.

Si en una manifestación se participa encapuchado o con el rostro cubierto, 30.000 euros. Negarse a identificarse delante de un policía, 30.000 euros. Impedirle a un policía ejercer su cargo, 30.000 euros, lo cual en la práctica significa que las protestas sentadas, como las que dieron pie al movimiento 15-M en España, estarán estrictamente prohibidas.

Deshonrar la bandera Española, 30.000 euros. Lo repito, 30.000 euros...

Hacer un dibujo satírico, por ejemplo con un político como motivo, estará prohibido por considerarse una falta de respeto. Usar pancartas con críticas escritas hacia la nación española, 30.000 mil euros. Filmar o fotografiar a un policía en servicio, 30.000 euros. Y como estos, muchos más supuestos. En todos los casos, será suficiente el testimonio de un policía o agente de seguridad para multar al ciudadano, lo cual sucederá sin ningún proceso jurídico previo.

Uno puede preguntarse entonces, ¿se enfrenta España a un movimiento de protestas violentas? Pues, al parecer no. El jefe de policía, Ignacio Casidó, ha comentado La Ley de Seguridad Ciudadana, diciendo claramente que las 6.000 manifestaciones han sido parte del movimiento de protestas más pacífico de la historia de España (El País).

Entonces, ¿a quienes se dirige la supuesta protección ciudadana que plantea la nueva ley? Difícilmente a los que protestan en contra de la represión.

No hace mucho tiempo que España vivió una dictadura. No hace mucho tiempo que pasó por una guerra civil. Todos los debates son políticos. Dar espacio a un suceso es un acto político. No hacerlo, no cubrirlo, es un acto político. El silencio es, en alto grado, un acto político. La decisión de mantenerse en silencio se queda grabada en la memoria de muchas generaciones. Esta ley neofascista, que a partir del viernes será aprobada en España, no está desconectada del fascismo creciente en Suecia. Ni tampoco nosotros, como seres humanos, estamos desconectados los unos de los otros.

Me dirijo, sobre todo, a todos los periodistas, columnistas y editores de Suecia. Vosotros, que tenéis el espacio mediático. Les pido, desde lo más profundo de mi alma, romper el silencio sobre el régimen que se está gestando en España.

Les pido que comiencen a informar. Les pido que protejan el derecho a la libertad de expresión en las sociedades donde el fascismo, a través del miedo, se apodera del poder, el espacio y de la posibilidad de definir los problemas. Tanto en España como en Kärrtorp (Suecia).

Les pido que nos ayuden con sus textos, informaciones y aportes al debate. Les pido que realicen un análisis agudo y profundo.

Pero, pronto, ¡cubrirlo! ¡Cúbranlo todo!”

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