Redaccion | Junio 15, 2014
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Si bien la genialidad de Nikola Tesla es indiscutible, hay quien cuestiona si en ocasiones su inventiva llegaba a rozar la megalomanía o al delirio.
El interés del investigador serbio, casi obsesivo, por desarrollar tecnologías increíbles, como un rayo de la muerte o un generador de energía libre, de forma gratuita, que haría uso de la energía cósmica, aunado al lenguaje cargado de misticismo del que solía hacer uso, más la posible incautación de sus archivos por parte del FBI a su muerte, hicieron que se concibiera una enorme avalancha de teorías de la conspiración sobre la tecnología desarrollada por este gran inventor.
Hasta tal punto, que se habla de su participación en proyectos secretos, como el “Experimento Filadelfia” o el “Proyecto Montauk”, supuestamente relacionados con el desarrollo de un tipo de tecnología que lograra hacer invisible la materia o los viajes en el tiempo. Algo que, aparentemente, se trataría simplemente de “hoaxes”. Es decir, bulos, creados con el único fin de desinformar.
Algo que sí es una certeza, es que Tesla estuvo interesado a lo largo de toda su vida en el desarrollo de una tecnología que le permitiera entablar contacto con entelequias inteligentes extraterrestres. Y, al menos en una ocasión, creyó haber detectado una señal extraterrestre.
El hombre de ciencia, sostenía que una versión de su célebre transmisor amplificador inalámbrico podía servir para contactar con seres inteligentes provenientes de otros planetas.
En el verano de 1899, trabajando en su laboratorio de Colorado Springs, Tesla creyó observar una serie de códigos numéricos de señales de radio procedentes del cosmos, que interpretó como una señal irrefutable de inteligencia proveniente de fuera de la Tierra. Probablemente, de los planetas Marte o Venus.
“Tengo la sensación, creciente, de que he sido el primero en escuchar el saludo de un planeta a otro”, declaró a los medios de comunicación de la época.
Un año después, cuando la Cruz Roja le pidió que hiciera una predicción sobre cuál sería el más grande descubrimiento del hombre en el siglo XX, Tesla escribió: “He observado acciones eléctricas, que parecen inexplicables. Vagas e inciertas como fueron, me dieron una profunda convicción de que no falta mucho para que los humanos en este planeta, unidos, tornen sus ojos hacia el firmamento, con sentimientos de amor y de reverencia, entusiasmados por las felices noticias: ¡Humanidad! Tenemos un mensaje de otro mundo, desconocido y remoto”.
Pero, al parecer, Tesla no fue el único en creer escuchar señales extraterrestres. Marconi, a quien la historia le ha atribuido ser el inventor de la radio, pese a que Tesla ya lo había patentado un par de años antes, también creyó haber sintonizado señales marcianas. Algo, que pronto fue desestimado como una simple interferencia. El caso de Tesla, fue el más complejo. Algunos creen que pudo haber recogido tormentas eléctricas producidas en la magnetósfera de Júpiter.
En un texto, que apareció en el New York Times en 1937, Tesla anunciaba que había perfeccionado “un nuevo y compacto aparato por el cual considerables cantidades de energía pueden ser disparadas a través del espacio interestelar, a cualquier distancia, sin la menor dispersión”.
Esto podría ser parte de lo que la leyenda ha llamado el “Teslascopio”, principalmente debido a la divulgación de Arthur Matthews, un protegido de Tesla, que sostenía haber sido visitado por seres venusinos. Detalle, que para muchas personas pudo deslegitimar su credibilidad. Matthews, incluso dibujó un diagrama de dicho aparato y lo discutió con el científico Andrija Puharich, famoso por su gran interés en la parapsicología y la temática extraterrestre vinculado al Council of Nine.
Finalmente, es difícil determinar el alcance de la tecnología desarrollada por el inventor serbio. Algunos creen que sus invenciones han sido utilizadas por el gobierno americano, incluyendo posiblemente un prototipo del HAARP. Otros piensan que muchos de sus proyectos, al final de su vida, eran irrealizables. Sueños cósmicos afincados en el éter o en un poder mesmérico de la electricidad. De cualquier forma, la historia de Nikola Tesla es fascinante y merece ser investigada con mayor profundidad.
Nikola Tesla, el genio serbio que dio al mundo la corriente alterna y logró robar la chispa eléctrica al cielo, murió sumido en la pobreza, sólo, con sus palomas y sus papeles, en el New York Hotel. Jamás logró el reconocimiento en vida que se merecía.