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NOTICIAS | CIENCIA
¿Puede ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de un grupo de expertos rusos, ateniéndose a los procesos cíclicos acontecidos a lo largo de la vida de la Tierra, es afirmativa
¿Puede ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de un grupo de expertos rusos es afirmativa

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A lo largo de las cinco eras en las que se divide su existencia, la Tierra ha sufrido numerosas glaciaciones, un fenómeno desconocido para el ser humano actual pero que durante cientos de miles de años cubrió con un grueso manto de hielo una gran parte del globo.

Se han formulado numerosas teorías para tratar de explicar estos súbitos cambios climáticos que en los casos más extremos produjeron un fuerte descenso, de hasta 20 grados, en la temperatura media del planeta.

Entre algunas posibles causas se ha recurrido a la deriva continental, ya que debido al bloqueo que habrían ejercido las masas de tierra sobre la circulación de las corrientes de agua caliente que viajan desde el Ecuador hacia los polos y los calientan.

También se ha formulado la hipótesis de que una actividad volcánica muy intensa cubriera con una densa nube de cenizas la atmósfera, algo que le habría impedido a los rayos solares que penetrasen hasta lograr alcanzar la superficie terrestre.

Incluso, se ha barajado que alguna glaciación se haya debido al impacto de un meteorito o asteroide.

Hoy día, un muy elevado número de científicos a nivel mundial, se inclinan por otros posibles origenes, como los cambios de la órbita del planeta alrededor del Sol, y principalmente, a la disminución ciclica de la actividad de nuestra estrella, lo que provocaría que esta irradie menos calor hacia la Tierra.

Conocemos que la suma de manchas solares que se produce cada mes, disminuye aproximadamente cada 11 años, durante un período al que se llama comúnmente “Mínimo Solar”, y que, por el contrario, la misma se eleva de forma considerable durante el período opuesto, al que llamamos “Máximo Solar”.

La baja cantidad de manchas solares observadas actualmente, en este período que corresponde al presente Máximo Solar, o tiempo de máxima actividad del Sol, parece reafirmar la hipótesis que podría llegar a ocurrir un enfriamiento global, fenómeno que se conoce como “Mínimo de Maunder”, informan meteorólogos europeos.

“La diferencia es que ahora este fenómeno está ocurriendo demasiado rápido”, destacó el meteorólogo italiano Mauro Meloni, de Meteogiornale, en su análisis del 29 de octubre pasado.

La historia, recuerda un importante ciclo muy helado en el cual por 70 años se observaron muy pocas manchas solares, entre 1645 y 1715. Período histórico que se conoce como la “Pequeña Edad de Hielo”.

“El Sol representa un poco aquella que puede ser la variable loca de la evolución del clima durante los próximos decenios”, dijo el meteorólogo. “El comportamiento del Sol podría contrarrestar completamente las suposiciones hechas hasta ahora en relación al futuro, sobre un calentamiento global destinado a crecer aún más en los próximos años, por culpa del hombre”, explica Meloni, “y esto a causa del Mínimo de Maunder, que se conoce como una fase de actividad solar muy baja, con poquísimas manchas solares y por lo tanto, una baja radiación solar”.

El meteorólogo italiano citó al profesor Mike Lockwood, de la Universidad de Reading, Inglaterra, quien alertó del grave riesgo que significa para la Tierra enfrentarse a una fase de enfriamiento global. Pese a las explosiones aisladas, de tormentas solares, ocurridas durante este año.

Para Lockwood, una reducción de la actividad solar como esta no se había registrado en los últimos 10.000 años, informó Meteogiornale. “Esta bajada excepcional, en un periodo tan breve de tiempo, podría llevar a pensar que existe la posibilidad de que se pueda repetir un Mínimo de Maunder y que, por tanto, no se puede descartar la hipótesis de un nuevo mínimo de Dalton, un período de baja actividad solar que duró aproximadamente desde 1790 a 1830”, dijo Lockwood.

Según la NASA, en el período Mínimo de Maunder del siglo XVIII, especialmente en Europa y América del Norte, “los ríos que normalmente corrían libres de hielo se congelaron y los campos de nieve se mantuvieron perennes durante todo el año en altitudes bastante bajas”. Durante este ciclo, el Sol pasó por un prolongado período de inactividad y se observaron muy pocas manchas solares. Europa y América del Norte vivieron inusuales inviernos, extremadamente fríos y nevados.

El ciclo solar 24 actualmente en curso, es el más débil de los últimos 50 años. Según los científicos Matt Penn y William Livingston, del Observatorio Solar Nacional de Estados Unidos, en el siguiente ciclo solar número 25, “los campos magnéticos del Sol serán tan débiles que se formarán pocas manchas solares, por no decir ninguna”, informa la NASA en su sección Web Science News.

Por su parte, el Sunday Telegraph de Inglaterra, publicó en junio de 2013 que 3.318 lugares de los Estados Unidos registraron las temperaturas más bajas para esas fechas del año, desde que comenzaron los registros. Récords similares fueron establecidos en distintas provincias de Canadá y el invierno ruso ha visto su nevada más copiosa de los últimos 134 años. Científicos alemanes han informado que 2013 ha sido el año más frío en los últimos dos siglos.

En el año 2008, Víctor Manuel Velasco Herrera, un físico teórico e investigador en el Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), manifestó el no estar de acuerdo con las predicciones sobre el cambio climático futuro que se estaban llevando a cabo, argumentando que estas ignoraban el factor más importante, que es la actividad solar. Calculó que en unos diez años, a partir del 2008, la Tierra entraría en una “pequeña edad de hielo”, que duraría de entre 60 a 80 años y podría estar causada por la disminución en la actividad solar.

Hoy, con el supuesto proceso de calentamiento global, el futuro del clima se debate entre los partidarios del calentamiento y los que denuncian un enfriamiento planetario que llevará a una Era Glacial.

Sean cuales sean las causas de estos cambios climáticos, tanto el enfriamiento como el sucesivo calentamiento, lo que sí está demostrado es el impacto que tuvieron sobre la vida en el planeta. Aparecieron nuevas especies, otras fueron capaces de evolucionar para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas o de emigrar a latitudes con temperaturas más benignas. Muchas, simplemente desaparecieron.

A lo largo del Cuaternario, cuyo inicio se data hace 2,5 millones de años, se produjeron cuatro grandes glaciaciones, todas ellas durante la primera de sus dos etapas, conocida como Pleistoceno. A ellas tuvieron que sobrevivir primero los homínidos y, después, los Homo Sapiens. La última se denomina Würm y fue la más dura, al prolongarse casi 100.000 años. No llegó a su fin hasta hace aproximadamente 12.000 años, momento en el que se inicia la etapa presente del Cuaternario, conocida como Holoceno.

Würm modeló el paisaje actual de la tierra así como la mayor parte de su fauna y flora. Diversos estudios le achacan, por ejemplo, la desaparición de los neandertales. A sus últimos “coletazos” se asocia también la aparición de la agricultura ya que, se argumenta, la dureza del clima obligó a las poblaciones hasta entonces nómadas a buscar nuevas fuentes de subsistencia, entre ellas el cultivo del cereal.

Científicos de la Academia de Ciencias de Rusia aseguran que estamos ante una inminente era glacial, entre ellos, Habibullo Ismailovich Abdusamátov, nacido en 1940 en Samarkanda, doctor del Observatorio de Pulkovo de la Academia de Ciencias de Rusia, que asegura que el planeta ya ha comenzado a enfriarse y esta situación afectará la vida en la tierra llegando a su punto máximo en 2055. La temperatura, afirman, comenzará a bajar bruscamente alrededor del año 2014.

Se considera que fue el geólogo Sir Douglas Mawson (1882-1958) la primera persona en hablar de una glaciación global. Ahora, según un grupo de científicos rusos, el fenómeno del enfriamiento del planeta está acercándose. “El descenso de temperatura tocará a muchos, casi a todos, pero en general a los países del hemisferio norte”, advierte Habibullo Abdusamátov.

El hombre moderno vivió su propia “mini glaciación” desde el 1350 hasta 1850. Según ha podido comprobarse la temperatura media del hemisferio norte sufrió un descenso de un grado. A partir de 1850, el clima comenzó a cambiar hacia temperaturas más cálidas. Algunos escépticos sobre el calentamiento global arguyen que los cambios actuales se deben a la recuperación climática de este último evento glacial, y que, por ello, la actividad humana no es causante de este cambio. Nada comparado a lo ocurrido en el Pleistoceno.

Pero ¿puede llegar a ocurrir una nueva glaciación? La respuesta de los expertos rusos, ateniéndose a los procesos cíclicos acontecidos a lo largo de la existencia de la Tierra, es afirmativa. La cuestión es saber cuándo sucederá.

Los científicos rusos presentan una visión apocalíptica del futuro. Según su opinión, en los próximos años ocurrirá un brusco descenso de la temperatura en la Tierra. El nuevo período glaciar se prolongará no menos de dos siglos y se congelará el mundo.

“El descenso de temperatura llevará a una dramática reducción de las zonas de cultivo. Además de los problemas con los productos alimenticios, será mucho más difícil la extracción del petróleo y del gas en las latitudes más al norte. Surgirán problemas con el suministro de calefacción a la población. El descenso de temperatura tocará a muchos, casi a todos, pero principalmente a los países del hemisferio norte”, advierte Habibullo Abdusamátov.

El pronosticado descenso prolongado de temperatura puede representar el quinto pequeño período glaciar en los últimos nueve siglos. Fenómenos climáticos semejantes se constataron en los siglos XIII, XV, XVII y XIX.

Apoyando su teoría, los hielos de la Antártida se incrementaron en el 2012. La capa de hielo de la Antártida que es medida desde 1979, alcanzó en septiembre un récord de más de 19 millones de kilómetros cuadrados. Los críticos de las teorías del cambio climático han aprovechado el crecimiento del hielo antártico para decir que el mundo no se está calentando y que los científicos están haciendo caso omiso al sexto continente porque no es conveniente.

La teoría rusa de una nueva glaciación no ha sido respaldada por el resto de la comunidad científica, que en su mayoría apuesta porque la Tierra no experimentará una nueva glaciación hasta dentro de unos 10.000 o 15.000 años. Y para entonces el ser humano ya debería conocer la fórmula para contrarrestar sus efectos, apuntan los expertos. De hecho, hoy en día no es el enfriamiento del planeta lo que preocupa a los investigadores occidentales, sino su calentamiento a causa de la contaminación.

Las épocas interglaciares han durado alrededor 11.000 años, y ya han pasado 11.600 años desde el último invierno multimilenial. “Como ocurre a menudo, primero se dice que todo esto es absurdo, que no es ciencia, que esto no puede ser... Pero, después, resulta que algo finalmente acontece. El reconocimiento de la teoría sobre el descenso de temperatura corre todo por todo el mundo”, concluye el científico.

¿Tendrán la razón los científicos rusos o los occidentales? Eso, sólo lo sabrán las futuras generaciones.

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