RedacciOn | Octubre 10, 2013
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Una bomba atómica estuvo a punto de detonar en Carolina del Norte en 1961, tres días después de la toma del poder de John Fitzgerald Kennedy, según lo han confirmado documentos desclasificados por las autoridades de los estados Unidos recientemente.
Todo comenzó cuando el avión B-52, que trasladaba dos bombas atómicas, sufrió un accidente el 23 de enero de ese año y dejó caer los artefactos explosivos de cuatro megatones, comenzando así el proceso de detonación. Los documentos fueron dados a conocer por el periódico británico The Guardian.
Aunque el gobierno de Estados Unidos ha reconocido anteriormente que se produjo ese accidente, nunca hizo público lo cerca que el artefacto estuvo a punto de ser detonado.
Los documentos fueron obtenidos por el periodista Eric Schlosser, que dijo a la BBC que una explosión de esa naturaleza hubiese “literalmente cambiado el curso de la historia”, ya que las bombas eran 260 veces más poderosas que las de Hiroshima y Nagasaki.
Mientras el avión caía, un control dentro de la cabina de la aeronave liberó las dos bombas de hidrógeno Mark 39 sobre Goldsboro, Carolina del Norte.
La primera cayó a tierra sin haberse activado, pero la segunda bomba “asumió que había sido lanzada deliberadamente sobre un blanco enemigo y completó todos los procesos de detonación, excepto uno, por lo que casi estalló sobre Carolina del Norte”, le dijo a la BBC, Schlosser y agregó que el desastre sólo fue prevenido por la falla de un simple interruptor de bajo voltaje.
El accidente ocurrió en momentos en que las tensiones entre Estados Unidos y la Unión Soviética estaban en lo más alto, en el periodo conocido como la Guerra Fría, un año antes de la crisis de los misiles cubanos que trajo el miedo del desastre nuclear a las puertas de EEUU.
Desde entonces había existido mucha especulación respecto a este incidente e incluso un ex científico del gobierno estadounidense, el Dr. Ralph Lapp, publicó un libro en 1961.
El documento recién desclasificado fue escrito por el científico Parker Jones, ocho años después del incidente. Era la persona responsable de los mecanismos de seguridad en los dispositivos nucleares. En él se refiere a lo escrito por Lapp sobre lo ocurrido y asegura que tres de cuatro mecanismos de seguridad fallaron y no cinco de seis como Lapp había creído, agregó.
“Uno dejó de funcionar en la caída. Dos mecanismos se desactivaron cuando el avión se accidentó”, escribió Jones. “Hubiéramos tenido terribles noticias en cascada. Un simple interruptor de bajo voltaje fue lo que se interpuso entre los Estados Unidos y una gran catástrofe”. Hasta ahora no ha habido un comentario oficial sobre los documentos desclasificados.