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NOTICIAS | CIENCIA
Los niveles de CO2 para el presente mes de septiembre se han de establecer definitivamente por encima de las 400 ppm
Un evento extremo de esta naturaleza podría hacer mucho daño y resultar altamente catastrófico

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Las autoridades de los Estados Unidos deben estar preparadas para actuar de inmediato en caso de que se produzca una hipotética tormenta solar.

De hecho, el presidente Barak Obama acaba de dictar una orden ejecutiva a fin de evitar que a esa nación se halle desprevenida en caso de producirse un evento climático espacial extremo de esa naturaleza.

Un fenómeno semejante, se advierte en la orden, podría poner en peligro una gran parte de las infraestructuras estratégicas del país, desactivando su red eléctrica,

Un evento, que desencadenaría una cascada de incidencias que afectarían a servicios públicos clave, como lo son el abastecimiento de agua, la salud y el transporte.

“El clima espacial tiene el potencial de afectar y alterar la salud y la seguridad de continentes enteros, y de forma simultánea”, recordó.

Como explica el texto del mandato, los fenómenos meteorológicos espaciales de este tipo se producen regularmente y, algunas veces, se dejan notar en infraestructuras y tecnologías, como el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), los satélites, la aviación y la red de energía eléctrica.

Pero un evento extremo podría hacer mucho más daño y resultar altamente catastrófico.

Pero ello, dijo el Presidente Obama, ha de necesitar el esfuerzo de toda la nación, requiriendo que se produzcan asociaciones entre el gobierno central y las distintas gobernaciones, con los gestores de emergencias, los círculos académicos, medios de comunicación, la industria de los seguros y otros sectores involucrados.

“Esto no significa que una tormenta solar de semejante magnitud vaya a producirse mañana”, dijo.

Y agregó: “Pero el gobierno estadounidense quiere estar prevenido para que los daños sean los menores posibles cuando ocurra”. Algo que, desde luego, no es imposible.

De esta forma, dicta la orden, el gobierno federal debe tener la capacidad de predecir y detectar un evento extremo de clima espacial inminente, desarrollar los planes y programas necesarios para alertar a los sectores públicos y privados, proteger y reducir los riesgos en las infraestructuras críticas antes y durante una amenaza creíble, y poder responder y recuperarse de sus efectos.

Además, la Secretaría de Energía tiene 120 días para desarrollar un plan para proteger de perturbaciones electromagnéticas a la red de energía eléctrica.

En 1859 se produjo el famoso evento Carrington, que dejó fuera de servicio el telégrafo de la época mientras en el cielo se veían auroras hasta el sur de Cuba. Si ocurriera hoy en día, miles de transformadores podrían quedar destruidos, hundiendo en la oscuridad durante semanas, meses o años a porciones de todos los continentes.

Un ejemplo de ello, se produjo en 1989, cuando un transformador en Nueva Jersey quedó inutilizado dejando a 6 millones de personas en la provincia de Québec, Canadá, sin energía eléctrica a consecuencia de una eyección de plasma solar.

En una sociedad como la nuestra, altamente dependiente de la tecnología, el caos llegaría sin remedio. En un informe de 2013, el mercado de seguros Lloyd de Londres estimaba que el coste de la recuperación de una potentísima tormenta solar oscilaría entre 600.000 millones y 2,6 billones de dólares.

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