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Snowden señaló el peligro de que la tecnología pueda conducir a una vigilancia generalizada de los internautas
Snowden señaló el peligro de que la tecnología pueda conducir a una vigilancia generalizada de los internautas

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Las cookies ya son polémicas por su uso para rastrear personas a fin de ofrecerles publicidad. En Europa, de hecho, se obligó a las compañías el avisar a las personas que se están usando cookies.

La industria siempre ha respondido que sus prácticas son inofensivas y que más bien benefician a todos los consumidores, al mostrarles aquella publicidad que probablemente es de su interés.

Las cookies fueron diseñadas como una herramienta de tipo tecnológico, que recuerda las preferencias de los usuarios de Internet para darles así un mejor servicio. Desde los avisos personalizados, hasta la posibilidad de no tener que escribir el nombre y la contraseña cada vez que se entra al servicio de webmail.

Esta semana, el diario americano, The Washington Post, publicó otro uso posible de las cookies, mucho más temible aún, cuando informó que la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA) y la GCHQ británica las usen para espiar a los internautas.

Sólo eso bastaba para despertar la suspicacia de muchos usuarios, que sentían vulnerada su privacidad por empresas como Google, con una de las mayores redes de publicidad y cookies, de Internet. La revelación de que la NSA pueda estar utilizando estas cookies, podría cambiar el foco del debate y dar a las organizaciones de protección a la privacidad nuevos argumentos.

Según filtraciones del ya famoso ex analista de la NSA, Edward Snowden, la cookie más mencionada en los documentos de dicha agencia es la llamada PREF, de Google. que no sólo almacena datos personales del usuario, como su mail o su nombre. Ademas, contiene unos códigos que permiten identificar al equipo, seguir sus visitas en la red y hasta recordar los datos de su configuración.

De acuerdo al informe de The Washington Post, en manos de los hackers profesionales de la agencia de espionaje, estas cookies permitirían a ambas agencias detectar todas las comunicaciones de un individuo específico, y utilizar esto para introducir malware o hackear el computador de esta persona. Según la presentación, las cookies son utilizadas para “permitir una explotación remota”, aunque no se detallan los ataques utilizados en contra de los objetivos.

El uso de cookies estaría dirigido a identificar personas que ya son sospechosas de algo, y no para vigilar de forma masiva a fin de encontrar comportamientos sospechosos.

Las cookies PREF son asignadas por Google cuando el navegador de una persona se conecta a cualquiera de los sitios o servicios de la compañía (como la búsqueda, mapas, o cuando visitas webs que tienen insertados “widgets” de Google+ por ejemplo). La cookie contiene un código que le permite a Google rastrear usuarios para personalizar sus avisos y medir cómo una persona usa diferentes servicios de la compañía.

Dado que los servicios de Google son usados de forma masiva, la mayoría de los usuarios de internet tienen en sur ordenadores una cookie PREF, incluso, si no han visitado nunca alguno de los servicios de la compañía de forma directa.

El conjunto de documentos publicados por el diario, además, revela que la NSA utiliza los datos de geolocalización (GPS, obtenidos a través de las redes Wifi o datos de torres de comunicación móvil) de los iPhone y de los teléfonos con Android, el sistema operativo de Google.

Los dispositivos iPhone y Android normalmente rastrean la ubicación de cada dispositivo, sin informar esto claramente a los usuarios. Los datos son más específicos que lo que el gobierno puede capturar desde las redes celulares, algo que también se hace.

Esta técnica, que la NSA llamada Happyfoot, es incluso más precisa para ubicar a un usuario en el planeta que la otra. También empleada por la NSA, usa la información provista por las torres de comunicación móvil, obtenida de más de 5.000 millones de dispositivos en todo el mundo.

La NSA, envió un comunicado al diario estadounidense para insistir en que ésta trabaja conforme a lo que marca la ley y sólo vigila a “adversarios extranjeros”, para entender sus comportamientos y proteger a “estadounidenses inocentes”. El tribunal secreto, creado por la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera (FISA), le permite a la NSA el recolectar la información procedente de “cookies” que considere necesario y que, las empresas de Internet, deben entregarle esa información si hay una orden judicial que lo requiera.

El fin justifica los medios, y así lo hizo público Keith Alexander, titular de la Agencia de Seguridad Nacional, al comparecer ante la Comisión de la Judicatura del Senado de los Estados Unidos.

“No hay mejor manera de ayudar a proteger a Estados Unidos de las amenazas exteriores que con programas de espionaje que recaban miles de millones de archivos telefónicos y de internet en todo el mundo”. Así de claro fue y argumentó su postura con una declaración contundente: “Si abandonamos esto, creo que estaríamos abandonando a la nación”.

Al comprometerse con la Comisión de la Judicatura del Senado a no abolir los programas de recolección masiva de datos de la agencia, el general Keith Alexander dijo que las amenazas mundiales van en franco aumento, específicamente en Iraq y Siria, las cuales representan lo que calificó como “un riesgo inaceptable” para los Estados Unidos.

“¿Cómo conectamos los puntos?”, se cuestionó Alexander al hacer referencia a los vínculos muchas veces ocultos entre una amenaza terrorista extranjera y un potencial ataque contra los Estados Unidos. “No hay otra forma de saber que uniendo los puntos... Eliminar estos programas definitivamente no es lo que hay que hacer”.

Los programas fueron revelados a mediados de año por el ex analista Edward Snowden, quien después de un peregrinar por varios países logró asilo político en Rusia. Entre las filtraciones señalaba el espionaje de Washington a Alemania, Francia, Brasil y México, entre otras naciones, y que se trataba de una práctica sistemática, tanto en Internet como a nivel de telefonía móvil y fija.

El presidente de la comisión, el senador del partido demócrata, Patrick Leahy, dijo que era preocupante que el Gobierno estuviera recabando millones, o miles de millones, de datos de estadounidenses. El legislador había propuesto una iniciativa de ley que prohibiera a la NSA recabar datos telefónicos estadounidenses y, ayer, manifestó su preocupación por que los registros en internet de estadounidenses también fuesen revisados antes de que el programa concluyera en 2011. Ese programa ahora se enfoca sólo en personas que viven fuera de esa nación y podría incluir a estadounidenses viviendo en el extranjero.

Alexander reconoció que hay preocupación por la privacidad y que la NSA está abierta a entrar en contacto con empresas tecnológicas para encontrar una mejor solución sin poner en peligro la seguridad.

Respecto a las filtraciones, adelantó que ordenó las reformas necesarias, a fin de evitar la repetición de situaciones como las que permitieron al contratista Edward Snowden tener acceso a toda la información.

El ex consultor de los servicios de inteligencia estadounidense, Edward Snowden, espera que las filtraciones que hizo de documentos clasificados lleven a los gobiernos a una mayor transparencia, dijo en una entrevista a Time, publicada ayer.

El fugitivo Snowden, segundo tras el papa Francisco en la lista de personas del año de dicha publicación, dijo a la revista que eligió desafiar sus obligaciones cuando conoció la magnitud del alcance de los programas de vigilancia secreta.

“Lo que más nos preocupa no es que esta vigilancia pueda ocurrir teóricamente, sino que fue hecha sin que la mayoría de la sociedad ni siquiera fuera consciente de que ello era posible”, dijo a Time en una entrevista por correo electrónico.

Snowden, que está viviendo en Rusia con un estatus de asilo temporal, ha dado pocas entrevistas desde que filtró una valiosa colección de documentos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense.

El ex analista dijo que asumió el riesgo de hacer públicos esos datos por el peligro que vio en un estado de vigilancia.

“La NSA, obviamente, no es la Stasi”, señaló Snowden haciendo referencia al órgano de inteligencia de la antigua Alemania del Este (RDA), que espió a gran parte de su población con fines políticos.

Pero señaló que el peligro es que los medios tecnológicos al servicio de las agencias de espionaje conduzcan insidiosamente a una vigilancia generalizada.

Snowden dijo estar muy esperanzado en que sus revelaciones ayuden a traer cambios, obligando a repensar al público, a la comunidad tecnológica, a la justicia, al Congreso y a la rama ejecutiva estadounidenses, con el fin de garantizar que la NSA no pueda vigilar a simples ciudadanos y que otros gobiernos tampoco puedan hacerlo.

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