NOTICIAS | SALUD
Va más a allá de la bomba de insulina tradicional, pero no es todavía el tan deseado páncreas artificial
Va más a allá de la bomba de insulina tradicional, pero no es todavía el tan deseado páncreas artificial

Oferta Especial

La diabetes, es una enfermedad más común de lo que se cree. En su forma más restrictiva, las células del páncreas que producen insulina desaparecen y con ellas, el control crítico del nivel de azúcar en la sangre.

Los pacientes, debido a ello, deben monitorear sus niveles de azúcar en la sangre constantemente y, por ende, administrar la insulina que falta en caso de crisis.

De acuerdo con cifras de la American Diabetes Association (ADA), uno de cada 600 niños en los Estados Unidos desarrolla diabetes tipo 1. Esta enfermedad representa entre el 5 y el 10% de todos los casos de diabetes diagnosticados en los Estados Unidos.

De los 26 millones de personas que la padecen en EEUU una cuarta parte de ellos, o lo que es lo mismo 7 millones de personas, no saben que la tienen.

Otros 79 millones tienen prediabetes, lo que conlleva la existencia de un riesgo elevado de que desarrollen diabetes de tipo 2 en el futuro. Estimaciones recientes, calculan que uno de cada tres estadounidenses adultos padecerá de diabetes en el año 2050.

Para la ADA, las complicaciones de la diabetes representan una carga de entre el cinco al diez por ciento del presupuesto de salud de un país.

En el 2010, en los Estados Unidos, se gastaron 58 mil millones de dólares debido a días de trabajo perdidos, productividad reducida en el trabajo, muerte o discapacidad permanente relacionada a la diabetes.

Ahora, una nueva puerta se abre para aquellos que padecen esta enfermedad. Un dispositivo que combina una bomba de insulina con un sensor que lee los niveles de azúcar en sangre y que detiene automáticamente el flujo de insulina si el nivel de glucosa cae, recibió la aprobación regulatoria de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), para su uso en personas que viven con diabetes a partir de los 16 años.

Va más a allá de la bomba de insulina tradicional, pero no es todavía el tan deseado páncreas artificial, aún en fase de experimentación. Se trata de un sistema pensado para personas con diabetes tipo 1, que lleva conectados la bomba y un sensor que toma medidas constantemente de los niveles de glucosa a lo largo del día. Según un nuevo estudio, publicado en “JAMA”, la comunicación entre ambos dispositivos reduce los episodios de hipoglucemia significativamente respecto a la simple bomba.

Esta reducción se logra ya que dicha tecnología está diseñada para que cuando los niveles de glucosa disminuyan por debajo del límite establecido por el médico, automáticamente la bomba suspenda su infusión de insulina durante un par de horas, evitando así un episodio de hipoglucemia grave, “que podría causar la pérdida de conciencia, convulsiones, coma e incluso la muerte”, argumentan los autores de la investigación, realizada en el Hospital infantil Princesa Margarita, de Perth, Australia.

Pero, excepto en estos episodios en los que se “suspende la administración de insulina”, subraya Mercedes Galindo, educadora y especialista en diabetes del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, el funcionamiento de este aparato sigue requiriendo la acción del paciente, que es quien tiene que “ordenar” a la bomba “lo que tiene que hacer en caso de observar en el sensor niveles alterados de glucosa”. De lo contrario, “estaríamos hablando de páncreas artificial y éste aún está en fase de experimentación”.

En cualquier caso, aunque esto sea el ideal en el tratamiento de la diabetes tipo 1, las ventajas del sistema de suspensión de administración de insulina están muy por encima del uso único de la bomba de insulina , y así lo demuestra la nueva investigación del “JAMA”, la “única que se centra en un subtipo de pacientes con diabetes tipo 1, cuyo riesgo de sufrir hipoglucemias graves es de tres a seis veces mayor”, remarca Pratik Choudhary, autor de un editorial que acompaña al estudio.

Los investigadores del Hospital Princesa Margarita de Australia seleccionaron 95 pacientes con este trastorno, con una edad media de 19 años y con bomba de insulina, todos con una característica común y peculiar: ninguno nota los síntomas de alerta ante una inminente hipoglucemia y, por lo tanto, no pueden poner remedio. Según el estudio, esto le ocurre a uno de cada tres pacientes con diabetes tipo 1. “Nos decidimos por estos individuos, porque son ellos quienes tienen mayor riesgo de hipoglucemias graves y quienes más nos preocupan”, señala Choudhary.

Es lo que se conoce como hipoglucemias inadvertidas, señala Edelmiro Menéndez, endocrino del Hospital Universitario Central de Asturias. “La mayoría de los diabéticos experimentan algunas de las señales iniciales: sudores, temblores, mareos, malestar, sensación de hambre”. Pero, “hay un subgrupo de pacientes que no advierten estos signos y no les da tiempo a tomar medidas. Pueden entrar en coma y, si están conduciendo, podrían estrellarse, por ejemplo”. Este grupo de pacientes son los que “realmente nos preocupan”. También hay que tener en cuenta, puntualiza el editorial del “JAMA”, que el 75% de las hipoglucemias graves en niños ocurren por la noche”, mientras duermen, por lo que tampoco pueden poner remedio.

Por esta razón, el equipo de científicos de Australia evaluó la eficacia de los dos mecanismos: la bomba de insulina tradicional y el sistema que incorpora además el sensor con capacidad para suspender la administración de insulina.

Con este último, consiguieron “reducir los episodios de hipoglucemia grave de un 21,9% a un 0,0% en el transcurso de un año. En el grupo que sólo tenía la bomba de insulina, los episodios se mantienen”. Además, también “se redujo significativamente” la exposición a valores por debajo de 70 mg/dl y 60 mg/dl en el grupo con suspensión por hipoglucemia. “Comprobamos que este sistema era capaz de disminuir tanto la frecuencia como la duración de estos episodios en un grupo de pacientes especialmente en riesgo”, reza el artículo.

Con esta nueva tecnología que da un paso hacia el páncreas artificial se puede “tener un mejor control de su diabetes en comparación con las inyecciones múltiples diarias”, dijo Katie Szyman, presidente de la división de diabetes de Medtronic, en el comunicado donde se anunció la aprobación.

“Estamos comprometidos a avanzar en algoritmos de circuito cerrado, monitoreo continuo de glucosa y tecnologías de administración de insulina para la fabricación de un páncreas artificial completamente automático”, añadió.

This Is A Developing Story
ESPECIALES