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Hasta ahora, no se había hallado ningún fósil que pudiera explicar el paso de una especie desde la tierra al mar
Hasta ahora, no se había hallado ningún fósil que pudiera explicar el paso de una especie desde la tierra al mar

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Un equipo liderado por un grupo de investigadores de la Universidad de California, en Davis, Estados Unidos, ha descubierto, en China, el primer fósil de un ictiosaurio anfibio.

El hallazgo, que se describe en un artículo publicado recientemente en “Nature”, es el primero en relacionar estos animales, muy similares a los delfines, con sus antepasados del medio terrestre, llenando así un gran vacío dentro del registro fósil.

El fósil, representa una etapa faltante en la evolución de los ictiosaurios, reptiles marinos contemporáneos a los dinosaurios, hace 250 millones de años. Hasta los momentos, no se había podido hallar ningún fósil que pudiera explicar o señalar, de forma fehaciente, esa transición desde la tierra al mar.

“Pero ahora, tenemos este fósil, que muestra claramente esa transición”, afirma el profesor Ryosuke Motani, del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la UC Davis, principal autor del trabajo.

“No existía nada que le impidiera el llegar a tierra”, añade Montani, quien junto a sus colegas descubrió el fósil en la provincia china de Anhui. Los restos de este ejemplar tienen cerca de 248 millones años, pertenecen a la época del Triásico e indican que el animal debía medir unos dos metros de largo.

A diferencia de otros ejemplares de ictiosaurios, plenamente adaptados a la vida en el mar, éste tenía unas inusuales aletas, grandes y flexibles, que probablemente le permitieron su paso a la tierra.

Además, este ictiosaurio tenía unas articulaciones muy flexibles, un rasgo esencial para poder rastrear el suelo, así como un hocico corto, como el de los reptiles terrestres, a diferencia de la mayoría de los ictiosaurios, que poseen hocicos de pico largo.

Su cuerpo posee también unos huesos mucho más gruesos que los ictiosaurios descritos anteriormente, una característica en consonancia con la idea de que la mayoría de los reptiles marinos que pasaron a la tierra se volvieron más pesados, por ejemplo, con huesos más gruesos, con el fin de nadar a través de las difíciles olas costeras antes de entrar en las profundidades del mar.

Las implicaciones del estudio van más allá de la teoría evolutiva, según Motani. Este animal vivió unos 4 millones de años después de la peor extinción masiva en la historia de la Tierra, hace 252 millones de años.

Los científicos se preguntan cuánto tiempo les llevó a los animales y las plantas recuperarse después de esa gigantesca destrucción, sobre todo, porque la misma se relaciona con un periodo de intenso calentamiento global.

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