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Shaun Ryder se muestra feliz con sus nuevos proyectos
Shaun Ryder se muestra feliz con sus nuevos proyectos

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Shaun Ryder tenía 15 años cuando vio su primer OVNI. Había empezado a trabajar como el “chico de los mensajes” en una oficina de correos y caminaba hasta la parada de autobús en Hilton Lane, en Little Hulton. Eran las 6:45 de la mañana, cuando levantó la mirada hacia el cielo, oscuro. “Al principio estaba inmóvil, pero luego se fue pitando, “¡Boom!” Y luego, otra vez: “¡Boom!” Un clásico zig-zag, primero inmóvil y luego se marchó a 10.000 km por hora. Como en “Star Trek”. ¡Boom! Y, adiós. Se fue. ¡Sí!”

Otra parada de autobús unos pocos meses más tarde, en 1978. Esta vez en Irlams o' Th' Height en Salford, eran alrededor de las 5:00 de la tarde y “cientos de luces atraviesan el cielo muy lentamente. Yo pensé: “Dios, ¡nos están invadiendo!” Al día siguiente, en el periódico decían: “Misteriosas luces en el cielo. Unas extrañas luces, comportándose de manera enloquecida, se vieron sobre el campo de rugby de Salford”. Y eso era mentira, porque cuando las luces en los campos de rugby empezaron a moverse, no lucían así.

Desde entonces, Ryder ha estado obsesionado con la ufología y con saber más sobre las posibles formas de vida extraterrestres. El antiguo líder de los Happy Mondays y de Black Grape, se molesta con las personas que asumen que estaba mal de la cabeza cuando vio sus OVNIS. Muy bien, “he estado mal de la cabeza gran parte de mi vida”, pero insiste que, “en los momentos en que he tenido la oportunidad de ver algo que es de “otro mundo”, he estado completamente limpio y sobrio”.

Ryder, de 50 años, definió la época Madchester, inspirada en el éxtasis, de la música dance de los años 80. De vociferar sus brillantes letras sin sentido (“You're twistin' my melon man… You know you talk so hip man… You're twistin' my melon man”) a un inspirado jingly-jangly rock-funk-northern-soul-house-hiphop, logró de alguna manera combinar el estrellato pop con la trata del crack y la psicosis por la droga. Más tarde, en 2010, encontraría una especie de redención populista en la selva australiana con “Ant and Dec”, convirtiéndose en un extraño tesoro nacional. Antes de eso, los productores de televisión estaban aterrorizados de lo que podría salir de su cabecita.

Era considerado como una persona riesgosa. Más, sin embargo, poco después volvería a ser una celebridad. No se cansaban del nuevo y mimoso Ryder. Con todas las drogas que había ingerido, ¡debía estar muerto! Pero, aquí estaba de vuelta, con sus enormes nuevos dientes, una sonrisa amistosa y una gran labia. Se le invitó a ir en numerosos reality shows, pero los rechazó. Así que la gente de la tele se preguntó qué podían hacer para que volviera a antena. Los OVNIS, dijeron. Y los extraterrestres.

Dos años después de haber empezado a investigar sobre los OVNIS, Ryder está de vuelta como autor y director de documentales, tras viajar por todo el mundo en la búsqueda de espeluznantes avistamientos. ¿Su conclusión? Está más convencido que nunca de que no estamos solos.

Ryder hace las veces de un presentador convincente. Cálido, envolvente, un poco loco, asustado, ocasionalmente escéptico, pero nunca cínico. Ha viajado hasta Chile, el lugar donde más OVNIS se han visto que en cualquier otra parte en el mundo, contactado con el legendario abducido, Travis Walton, y ha conocido a una familia de Yorkshire, perfectamente normal, que le contaron como un deslumbrante OVNI casi les cegó a la vuelta de una cena enThe Little Chef” de su localidad.

Ante la pregunta de que si esta vuelta a la televisión tiene como objetivo el probar si sus experiencias de la niñez fueron reales, responde rotundamente: “No es que quiero creer, es que imposible el no hacerlo”. Su voz es más fuerte. “No somos la única vida en el universo. Nosotros no estamos solos. Eso es ridículamente imposible. Si miras la manera en que a los niños se les enseña ahora... cuando era un niño en la escuela, se nos enseñaba que no había ninguna vida allá afuera, así se hacía. Pero ahora, a los niños se les enseña que existe el agua, así que donde haya agua habrá formas de vida, o lo que sea. No es que quiera creer, es lo único que queda”

Le da un par de caladas a su cigarrillo electrónico. Ahora, no hay drogas en la vida Ryder. Él sabe que no puede hacerles frente. Es curioso, dice que su padre puede sentarse en casa fumando porros todo el día, pero él no. Cigarrillos electrónicos únicamente y, ocasionalmente, uno real. “He pasado de fumar 25 pitillos al día a tan solo cinco, gracias a ésto. No era que quería dejar de fumar, es sólo que no puedes fumar libremente en cualquier lugar estos días. Es el primero que tengo, realmente no te da un duro golpe en la espalda, así que tengo uno de éstos, del tipo ultra. Son los mejores”.

Inhala alegremente, y habla sobre el viaje que realizo con Travis Walton. En 1975, Walton era leñador cuando, él y su equipo, se encontraron con un platillo volador muy luminoso en una parte remota de Arizona. Aterrorizados, corrieron al coche y salieron de allí a toda prisa. Al rato, se percataron que Walton se había quedado atrás, volvieron a buscarlo. No había rastro de él. Fueron a la ciudad y denunciaron el incidente ante el sheriff del condado. Pasaron días de búsqueda infructuosa, pero no hallaron nada. Cinco días más tarde, él reapareció, y contó que había sido secuestrado por los extraterrestres.

En los años siguientes, tanto el leñador como el resto del equipo han sido sometidos a numerosas pruebas del polígrafo. Walton, un hombre con ojos pesados e inyectados en sangre y un bigote lúgubre, todavía es perseguido a consecuencia de su experiencia. “Parecía tener un trastorno de estrés post-traumático, como si hubiera ido a Vietnam, hubiera pasado dos años allí y hubiese vuelto”, dijo Ryder. “Imagínense, si uno de esos se apareciese frente a usted. ¿Sería traumatizante la palabra más correcta? El pelo se le pondría gris de pronto. Todo su mundo cambiaría. Todo. Volvería a ser el primer día de su vida”.

Ryder y Walton forman un equipo bastante inusual, pero han entablado una melancólica relación. A a sus 29 años de edad, dice Ryder, Walton creyó que había sido secuestrado y que había experimentado una fuerza maligna. Pero ahora, que tantas personas han tenido contacto con los extraterrestres, él cree que fueron más bien amables; que probablemente salvaron su vida. Ahora él cree fue golpeado por una especie de campo de fuerza que posiblemente detuvo su corazón. Estos seres le llevaron dentro y le dieron un tratamiento médico, antes de dejarle ir.

Así es como él ve ahora, lo que entonces vivió. A medida que se ha hecho mayor, ha cambiado lo que siente hacia ello. Ryder, comenta: “desde hace décadas, todo el mundo asume que los extraterrestres son el enemigo, pero es obvio que no lo son. Estos seres tienen tecnología de millones de años antes que nosotros y, si piensas en ello, podrían haber acabado con nosotros así de fácil y, no lo han hecho. Ciertamente no son hostiles. No estaríamos aquí si lo fueran”.

Ryder, no se ha dejado convencer por cualquiera que haya conocido. Algunos Ufólogos, son tan solo oportunistas que quieren sacar provecho de una fantasía. Él, sabe que ellos no han visto nada real, porque son demasiado simplista acerca del hecho. “Ellos dicen: Sí, he sido abducido, ¡yupi!, ¡guay! Algunas de las personas que he conocido están tan locos como una cabra”.

Le preguntamos si cuando era joven, su interés en los OVNIS hizo que quisiera vivir experiencias fuera del cuerpo a través de las drogas. Él, responde de una forma muy típicamente suya. “Bueno, mira, aquí está lo raro. Desde pequeño, siempre he estado interesado en el espacio. “Star Trek” y “encuentros cercanos”. En la “Guerra de las galaxias”, no”. Escupe con desprecio. “Cielos, estrellas, alunizajes, desde los seis años he estado enganchado a ello. Así que siempre he estado interesado en esto. Y, cuando tuve mi primer viaje ácido, me hizo abrir mi cerebro aún más. Claro que sí”.

¿Su fascinación por el espacio le hizo interesarse en la ciencia en la escuela? Se ríe. “No, era un niño espeso, ni siquiera me entere de alfabeto hasta que tenía veintitantos, estaba demasiado ocupado haciendo otras cosas. Tuve un puto disco de platino antes de aprenderme el alfabeto. Yo crecí en los años 60 y 70, donde aún era aceptable decir, “Bueno, no eres académico, así que está bien, lo harás de alguna otra manera”. En la actualidad parece como si todo el mundo tuviera que ser académico. Mis hijos saben ortografía, ellos pueden acentuar correctamente. Mi hijo de 11 años de edad, puede deletrear perfectamente cualquier palabra. Mi muchacho, Oliver, de 19 años, va a estudiar derecho aplicado a la música”.

“Es increíble lo analfabeto que era y, ahora, soy un autor. ¡Ah!”, exclama Ryder. Bueno, para ser estrictamente honestos, la escritura no es realmente suya, obviamente ha tenido un negro, el periodista Lucas Bainbridge. De hecho, dice Ryder, la primera vez que vio las pruebas de “¿En qué planeta estoy?”, el libro que acompaña a la serie de televisión, tuvo una especie de shock, al ver la forma en que Bainbridge había capturado sus comentarios de forma tan precisa”.

“Así que estamos haciendo un libro”, dice, “y, el programa de televisión es PG, por lo que se puede emitir en horario infantil en el History Channel. No estoy muy orgulloso de mi gramática, o de mi puto vocabulario, pero con un libro para acompañar la serie de TV, ¡no veas! ¿Sabes lo que quiero decir?” ¿Así que tuviste que eliminar las palabrotas? Sonríe, “sí, tuve que eliminar: a la mierda”.

¿Su familia y amigos comparten su pasión por los OVNIS? “No, no”. Su manager, Warren, está sentado en la habitación con nosotros y fue en el viaje a Chile con Ryder. ¿Es un creyente? “No, no lo es”.

En Chile, su equipo fotografió algo revoloteando por el cielo, que Ryder pensaba podría ser un OVNI. Pero ahora, no está tan seguro. ¿Significa eso que no ha vuelto a ver nada desde su adolescencia? No contesta. Mira a Warren buscando asesoramiento, y de pronto suelta: “Voy a decir que sí... aunque no es estrictamente cierto”.

¿Qué quieres decir?, le decimos. No puedes mentirnos. “No, no, no, no, no”. Mira a Warren, un poco nervioso. “Se los digo, porque esto va a parecer una mentira”. Le recordamos que estamos aquí por la verdad.

Sus frases se vuelven inconexas. “Bueno, lo único que voy a contarles, es que he visto uno, muy cerca, a unos 20 metros por encima de mí, y se ve como un dibujo animado. No parece real. Se ven como juguetes. Cuando usted ha visto algo tan cerca como yo lo he visto, y sin haber bebido, tomado drogas, o bollox… nada de eso. Absolutamente normal y cuerdo. Y, lo ves… ¡sabes que están aquí!”.

Cuéntenos más, le pedimos. “Yo no puedo entrar en más detalles, aparte de eso, fue literalmente a unos 20 metros por encima de mí”. ¿Tuvo algún contacto con él? “No, no, pero la cosa es que no me asusté para nada. Yo estaba muy tranquilo y plácido cuando contemplaba aquella cosa”. Cuenta, que ocurrió después de acabar de hacer la serie documental.

¿No estarás ocultándonos la versión completa, porqué la estas guardando para un nuevo show? “No, no te lo estoy diciendo, porque si salgo con esta historia ahora, dirán: Oh, sabemos que tienes un nuevo show y lo estás promoviendo. Es todo”.

¿El último avistamiento lo ha cambiado? “Sí, me hizo pensar en muchas cosas. Si has visto algo a 20 metros de distancia, y fue tan claro como la luz del día, eso realmente te hace pensar. Era temprano por la mañana. Es irónico, que arranques con un nuevo show, investigando en algunos puntos calientes del planeta y que, ¡boom! ¡Los veas aquí! ¿Cómo es que nadie en Swinton Worsley, a un paso de Salford, ha podido ver ese artefacto? Sólo yo. Es difícil de creer”.

En algún momento, en la serie de televisión, dice que cree que ha fantaseado bastante con la idea de ser abducido. Le preguntamos que, si de haber salido realmente los extraterrestres de la nave y lo hubieran raptado, el habría sido tan indiferente. Unas gotas de sudor corren por su frente. El sudor se extiende rápidamente a su cuello. Nos parece verdaderamente aterrorizado.

“Fiuuu”, dice, entrelazando sus brazos. “Quiero decir, realmente no me gustaría ser arrebatado de ningún lugar sin mi permiso. No me gustaría ser borrado de esa manera y desaparecer”, creo.  ¡Esto es genial! Sin dudas, finalmente, lo asustamos.

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