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Redaccion | Agosto 09, 2015
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El libro de Apocalipsis deja claro que el futuro Anticristo será ayudado por un individuo conocido como el “Falso Profeta”, quien en unión del primero y de Satanás, formarán la “Trinidad Diabólica”, contraparte oscura de la “Santísima Trinidad”.
Pero, fue el profeta Juan en su visión quien, además de ver la bestia que simboliza al Anticristo, vio otra bestia (Apocalipsis 13:11), a quien identificó como el “Falso Profeta” (Apocalipsis 19:20).
En medio del caos mundial, hará uso de su autoridad e inmenso poder, a fin de enviar al mundo una profusión de falsas señales, engañosas, con el objetivo de infundir en la gente falsas esperanzas y, poder así, ordenar a la humanidad la adoración de la imagen del Anticristo (Apocalipsis 13:12-14).
Los que se nieguen a esa adoración, finalmente, han de ser eliminados de la faz de la Tierra. “Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase” (Apocalipsis 13:15).
Tras el “arrebatamiento”, es decir, el acto mediante el cual Dios retirará de la Tierra a todos los justos, antes de dar paso al “Juicio Final”, la economía global se desplomará de una forma tan ruinosa, como jamás antes se ha visto en la historia.
Será justo en ese momento, cuando el Falso Profeta, acompañado por el Anticristo, entre en la escena mundial de forma definitiva, para estabilizar la economía, ejerciendo un muy estricto control sobre la misma, y sobre todos aquellos que podrán comprar y que podrán vender.
Cada hombre, mujer y niño, recibirá una marca. Sin la cual, no se podrá hacer ningún tipo de transacción. Lo que, conducirá a un gran sufrimiento, a todos aquellos que se nieguen a ser marcados (Apocalipsis 13:17).
LA SEGUNDA BESTIA
Pero, volvamos a revisar lo que nos dice la Biblia.
Apocalipsis 13:11-15: “11 Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón. 12 Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada. 13 También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. 14 Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. 15 Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase”.
El apóstol Juan nos da algunas claves para reconocer a este individuo. Cuando dice, “Sale de la tierra”, podría significar que sube del abismo del infierno, con todos los poderes demoníacos a sus órdenes. Pero, también podría significar que el mismo proviene de unas circunstancias humildes, secretas o desconocidas, hasta que irrumpe de manera sorpresiva en el escenario mundial, y se sienta a la diestra del Anticristo.
“Tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”. Los cuernos de los corderos son bien pequeños, hasta que éste se convierte en carnero. En lugar de tener siete cabezas y sietes cuernos como el Anticristo, mostrando su poder y fuerza, el Falso Profeta viene como un pequeño cordero, con dulces palabras y buenas obras, que provocarán la simpatía y la buena voluntad de los demás.
Es bastante probable que pueda ser un predicador o un orador extraordinario, que con sus demoníacas palabras engañará a las multitudes. “Pero hablaba como dragón”, lo cual, significa que su mensaje no es un mensaje sincero. Es el mensaje de un dragón, y en Apocalipsis 12:9 se identifica al dragón como el diablo y Satanás.
“Y ejerce toda la autoridad de la primera bestia en presencia de ella, y hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia, cuya herida mortal fue sanada”. Este versículo, Apocalipsis 13:12, nos revela la misión del Falso Profeta en la Tierra, que no es otra que obligar a la humanidad a adorar al Anticristo.
Él tiene toda la autoridad del Anticristo, capacitado por Satanás. Será la mano derecha del mismo. Muchas personas estarán tan fascinadas por estos “seres poderosos” que caerán en el engaño, rindiéndoles culto de buena gana.
La segunda bestia utiliza señales y prodigios milagrosos, entre ellos, derramar fuego del cielo. La gente va a caer postrada ante de ellos en adoración por su poder y su mensaje. El versículo 14 continúa diciendo que el engaño será tan grande, que la gente va a tallar un ídolo en representación del Anticristo, y lo adorará. Esto recuerda “la gran imagen de oro de Nabucodonosor” (Daniel 3). Sin embargo, Apocalipsis 14:9-11, describe el terrible destino le espera aquellos que adoren a la imagen del Anticristo.
Así, los que sobrevivan a la Tribulación, deberán enfrentarse a un dilema por demás comprometido. Los que se niegan a adorar la imagen de la bestia estarán destinados a la muerte, pero los que la adoren, caerán bajo la ira de Dios.
“Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase”. La imagen será tan sorprendente, que será capaz de comunicarse. Esto, no va a significar que vaya a estar viva, sino que va a tener algún tipo de capacidad que le permitirá transmitir el mensaje del Anticristo y del Falso Profeta.
Además de ser el portavoz de ellos, la imagen también condenará a muerte a los que se nieguen a adorar a estos dos impíos. Con los avances tecnológicos actuales, no es difícil imaginar un escenario de este tipo.
La apostasía final será tan grande, que prácticamente todo el mundo quedará atrapado en ella. Los engañadores y falsos maestros que vemos hoy, son los precursores del Anticristo y el Falso Profeta, y no debemos ser engañados por ellos. Estos falsos maestros abundan, y ellos están moviendo a miles de personas hacia un reino satánico final.
Llegados aquí, la pregunta que deberíamos plantearnos, es: ¿Qué hacemos?
¿Debemos proclamar fielmente el evangelio de la salvación de Jesucristo y rescatar a las almas de los hombres y las mujeres del desastre que se avecina? O, por el contrario, ¿permanecer pasivos ante el fatal designio que según las escrituras nos aguarda?
¿Qué haría usted?
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