William Pardo | Febrero 02, 2016
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John Sheppard acampaba junto a su esposa aquel día 04 de junio, cerca de Kensington, Canadá. Alrededor de la media noche, vio una extraña luz que parecía salir del agua. Presuroso, se dispuso a despertar a su mujer, que dormía en una tienda de campaña.
Tras unos minutos, observando como aquella anómala luminaria con forma de diamante bailaba a unos 75 metros por encima del agua y a un kilómetro de la costa, aproximadamente, decidió coger su teléfono móvil y grabar en video la escena. Incluyendo, la vivaz narración in situ, de lo que describió como un “espectáculo luminoso”.
“La luz parpadea, se apaga un poco y entonces vuelve a brillar. Me recuerda a un trompo o algo por el estilo”, dice Sheppard durante la grabación.
Tres minutos más tarde, otra luz hace su aparición en el cielo.
“No tengo ni idea de lo que pueda ser, ¡nunca vi nada como esto!”, exclamó en medio del avistamiento. Y, agregó: “Espero que el video haga justicia a lo que ven mis ojos, porque la gente va a pensar que estoy loco”.
Más de un año después del incidente, el testigo de aquel avistamiento aún desconoce que fue lo que vio aquella noche: “No puedo vincularlo a ninguna otra cosa conocida, como un avión o un helicóptero”.
A medida que aquel espectáculo de luz proseguía, Sheppard admitía que la adrenalina comenzaba a fluir por todo su cuerpo. “Estaba muy nervioso. No quería admitirlo, pero sí, estaba muy nervioso”.
Continuó grabando. Esta vez, oculto tras los arbustos. “No quería ser visto. No quería que aquella luz se dirigiera hacia donde yo me hallaba”, reconoció Sheppard posteriormente.
Luego de unos ocho minutos, aquella luz desapareció.
Según el investigador de la Universidad de Montreal y director del telescopio del observatorio Lac Mégantic, Robert Lamontagne, es difícil estimar la distancia de una luz u objeto a simple vista, y especialmente durante la noche.
“Las formas las vemos con nuestros ojos y nuestro cerebro interpreta las imágenes. Estamos mal equipados para medir bien las distancias. Sobre todo, si no hay un punto de referencia, entonces la estimación de distancias es casi imposible”, explicó.
Sheppard envió su vídeo a MUFON, una organización internacional con oficinas en Canadá, que investiga los avistamientos de Objetos Voladores No Identificados.
Stu Bundy, Subdirector de MUFON, explicó que un investigador fue asignado de inmediato al caso, a fin de tratar de entender que fue lo que Sheppard había captado esa noche.
Se estima que en Canadá se producen alrededor de mil testimonios de avistamientos OVNI cada año. Pero muchas de estas observaciones son, de hecho, una visión de la estrella Sirio o la Estación Espacial Internacional.
Pero, según Bundy, hasta ahora no han podido explicar el fenómeno observado por Sheppard aquel día. Los investigadores de MUFON no han podido esclarecer aún el incidente.
Un experto en aviones no tripulados, consultado para la ocasión, explicó que no cree que haya podido ser un “drone”, ya que esa noche hubo vientos de unos 20 kilómetros por hora y la batería de un avión no tripulado no habría permitido una observación tan prolongada.
Luego de una exhaustiva investigación, incluyendo la visita al lugar donde se produjo el avistamiento, MUFON concluyó que Sheppard había presenciado un OVNI (de acuerdo con la terminología, un Objeto Volador No Identificado).
“Esto, es realmente increíble”, dijo Bundy. “Aunque el video, en principio, puede parecer poco impactante, es una observación seria. De hecho, es uno de las mejores avistamientos OVNI en la historia de las Provincias Marítimas de Canadá”.
El incidente fue clasificado por MUFON entre los 10 mejores avistamientos de OVNIS del año 2014. John Sheppard es consciente de que muchas personas se reirán de él, pero afirma estar convencido que lo que vio aquella noche fue algo fuera de la común.
“Sí, era algo imposible de identificar, sin ninguna duda. ¿Una nave espacial? No lo sé. Pero era, ciertamente, algo que no vemos todos los días”, dijo.
El astrofísico de la Universidad de Montreal, Robert Lamontagne, indicó que ciertos fenómenos conocidos pueden explicar lo que vio y grabó John Sheppard aquel día.
“Existe una especie de espejismo, que se produce sobre el agua por el clima cálido y húmedo. Se denomina “Fata Morgana”, y son espejismos un poco a la manera de lo que sucede ciertas veces en el desierto, cuando la gente cree ver un oasis”, dijo.
El efecto se produce cuando el Sol calienta una capa de la atmósfera, pero la capa de aire por debajo de ella se mantiene fría. Cuando las diferentes capas de la atmósfera poseen diferentes temperaturas y densidades, la luz llega al límite entre esas capas y se inclina el rayo luminoso refractándose.
Cuando la luz llega a nuestros ojos, nuestro cerebro asume que la luz viaja en una trayectoria recta aunque esta haya sido refractada, por lo tanto, percibimos el objeto en un lugar pero en realidad la imagen se proyecta más arriba de donde realmente está.
El efecto Fata Morgana confunde a la gente desde hace siglos. Se cree que es la explicación que está detrás de las leyendas del barco fantasma conocido como el “holandés errante” y las historias de marineros que veían castillos flotantes, que los atraían hacia la muerte.
“Creo, ciertamente, que un fenómeno de esa naturaleza fue lo que pudo dar origen a la extraña visión experimentada por Sheppard aquella noche”, aseguró.
A nosotros, nos parece una explicación un poco manida. ¿Usted qué opina?
Case 57090 - Kensington, Isla del Principe Eduardo, Canada. Junio 4, 2014 |
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WILLIAM PARDO
Nacido en Caracas, Venezuela, William Pardo es un periodista que ha dedicado gran parte de su trabajo a la investigación de temas relacionados con el misterio, como el fenómeno OVNI y la Teoría de la Conspiración. Ha vivido en Estados Unidos, España, Holanda y el Reino Unido, país en el que reside en la actualidad
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