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La “esperanza” se perdió. Ahora, sólo queda un “no” rotundo
La “esperanza” se perdió. Ahora, sólo queda un “no” rotundo

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Un premio nobel de la paz, que convive con la violencia, que espía a sus aliados como si fueran terroristas y que está utilizando como nadie los aviones teledirigidos sin piloto (drones) para asesinar a centenares de sospechosos de terrorismo, causando importantísimos daños colaterales a cientos de inocentes en cada ataque.

El último escándalo es que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. espió las conversaciones telefónicas de 35 líderes mundiales, entre ellos los de Alemania, México, Brasil, Francia y España, después de haber recibido los números por medio de funcionarios de otros departamentos del Gobierno de los Estados Unidos, de acuerdo con un documento clasificado filtrado por el ex contratista de la NSA, Edward Snowden, según revela el diario británico “The Guardian”.

Obama anuló la cumbre con el Presidente Putin, del pasado mes de septiembre, por haber rechazado extraditar a Edward Snowden a los Estados Unidos.

La realidad, es que ese joven no merece la prisión, sino una estatua. Tampoco la tortura, sino toda nuestra solidaridad. Por haber defendido nuestras libertades, demostrando al mundo entero que los Estados Unidos violan la vida privada de toda la humanidad.

Ese Estado, que de una manera incesante nos quiere dar lecciones de democracia y de moral, se comporta en realidad como el “Big Brother” más totalitario. Esos delincuentes que, por encima de cualquier justicia, espían a sus propios ciudadanos, a los Estados independientes, a sus competidores comerciales e incluso a sus “aliados”. Teléfonos, mails, correspondencia, ordenadores, casas… ¡Ya no se respeta nada!

¿Y para qué? Para aumentar los beneficios de esas multinacionales que roban al mundo entero. Hoy en día, las 300 personas más ricas de la Tierra poseen más que los tres mil millones más pobres, y eso sólo es posible gracias al saqueo de los recursos naturales, a la sobreexplotación del trabajo, a la criminalidad económica y a guerras en ningún caso humanitarias. Es para acabar con nuestras resistencias a esas multinacionales ladronas, por lo que los golfos de la NSA nos espían, y por lo que Obama les protege.

Además, ¡es el rey de los hipócritas! Se enfada porque Rusia, que no tiene tratado de extradición con los USA, ha rechazado entregar a Snowden. Evitándole así la tortura y la prisión de por vida, infligidas a ese otro héroe, Bradley Manning, quien reveló miles de mentiras de los dirigentes americanos.

Ahora bien, los Estados Unidos ¡siempre han rechazado extraditar a los criminales que les son útiles! Incluso cuando existía un tratado. En 2003 y en 2007, rechazaron extraditar a los agentes de la CIA culpables de secuestros políticos en Italia. En 2010, rechazaron extraditar a su protegido Luis Posada Carriles, quien había colocado una bomba en un avión cubano, asesinando a 73 personas. En 2010, rechazaron entregar al antiguo Presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada, quien había masacrado a los Indios Aymara, pero que estaba protegido por la CIA y había comprometido a lobbistas del partido demócrata. Y, podemos multiplicar los ejemplos. Los Estados Unidos jamás entregan a la Justicia a sus cómplices, incluso tratándose de los crimínales más terribles.

Clare Daly, un miembro del Parlamento de Irlanda del Norte, condenó el discurso sobre el proceso de paz que Obama pronunció ante los niños de esa nación, considerando que estas palabras suponían “la ironía más grande de todas”, haciendo referencia a la decisión del presidente de los EEUU de suministrar armas a la oposición siria. La parlamentaria, se preguntó: “¿Es que esta persona aspira al premio del hipócrita del siglo?”.

“Este hombre, es un criminal de guerra”, señaló Daly, acusando al Gobierno de Obama de provocar adrede el estancamiento de las conversaciones en Ginebra, proponiendo aumentar el apoyo a la oposición de Siria. Daly subrayó que la entrega de armamento a los rebeldes sirios es “una violación flagrante de las leyes internacionales” e instó, al Gobierno irlandés, a tomar medidas para asegurar que esas armas no lleguen a Siria pasando por el aeropuerto dublinés de Shannon.

Daly, también criticó la manera en la que los irlandeses recibieron al mandatario estadounidense y a su familia, que llegó a Irlanda del Norte junto con Obama. La calificó como un tipo de “prostitución a cambio de una palmada en la cabeza”. “Es difícil decir qué es peor, si las propias declaraciones de Obama o esta adulación servil hacia ellas por parte de los medios de comunicación y las autoridades del país”, indicó Daly, agregando que la nación irlandesa fue sometida a una especie de “lavado de cerebro sin precedentes” en favor de la familia presidencial.

Así mismo, la indignación que han generado las revelaciones del espionaje masivo norteamericano a sus aliados, ha elevado las tensiones en Occidente hasta niveles que no se conocían desde la II Guerra Mundial. El comportamiento de Estados Unidos está demostrando que los viejos valores se hunden y que ya no existen, ni el respeto ni la decencia, en las relaciones internacionales. Ni siquiera entre aliados.

La tesis oficial de Estados Unidos ha sido negarlo todo, a pesar de las evidencias que pulverizan esa defensa, y mantener a rajatabla que los ciudadanos norteamericanos no han sido espiados, estableciendo así una clara diferencia entre los derechos de los norteamericanos, que deben ser respetados por mandato de la Constitución, y los de los extranjeros, aunque sean aliados, que no están protegidos por las leyes norteamericanas ni merecen el mismo respeto.

Mientras que los países más débiles, que han sido espiados, guardan un cobarde silencio, otros que se consideran potencias dignas, como Alemania, Francia y Brasil, han protestado ante Washington por el espionaje masivo e indiscriminado, que ha incluido hasta el celular de la Canciller, Ángela Merkel. La España de Rajoy, débil y servil, dispuesta a todo con tal de mantener sus precarias relaciones con los Estados Unidos, se ha limitado a convocar a su embajador en Washington, y no para protestar o pedirle explicaciones, sino únicamente para recibir información sobre el espionaje.

En Alemania, México, Brasil y Francia, algunos medios de prensa afirman que Obama trata a sus aliados, incluyendo a sus primeros mandatarios, como si fueran terroristas.

Pero, también hay que decirlo, maravillosamente hipócritas lo han sido también todos los gobiernos europeos. Aparentando descubrir ahora un espionaje con el que han colaborado y que también han practicado desde hace bastante tiempo. Protestando dos minutos, con la boca pequeña, para no ofender al padrino americano de quien son sólo su  felpudo. Acordando el asilo político a una Femen anti-Putin y rechazando el mismo para dos defensores de nuestras libertades, como Snowden y Assange. Toda una contradicción silenciada, como siempre, por los grandes medios de comunicación.

Y ¿quién ha salvado el honor de la democracia ofreciendo el asilo definitivo a Snowden? Nicaragua, Bolivia y Venezuela. Mientras que Ecuador protege a Assange. ¡Para reflexionar!

El desprestigio internacional de Obama crece y se acerca ya a los niveles de su baja imagen en el interior de Estados Unidos. Obama fue, probablemente, el presidente norteamericano más apreciado en el extranjero desde Kennedy, pero aquella imagen de líder democrático incorruptible y bien dotado para la defensa de las libertades se desmorona, a medida que se descubren sus mentiras, su incumplimiento de promesas electorales, su política de asesinatos selectivos en el extranjero, el uso indiscriminado de los drones y el espionaje masivo, al que ha sometido al resto del mundo, violando derechos humanos e individuales que hasta ahora no habían sido públicamente dinamitados.

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