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NOTICIAS | SOBRENATURAL
Hoy, se pueden provocar este tipo de experiencias de manera experimental, estimulando ciertas partes del cerebro
Hoy, se pueden provocar este tipo de experiencias de manera experimental, estimulando ciertas partes del cerebro

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Los seres humanos asistimos, desde hace ya bastante tiempo, al divorcio entre la ciencia y una espiritualidad que, bien sea dicho, no se halla del todo relacionada con la religión.

La espiritualidad es algo universal, no distingue diferencias de dogmas. Tan es así, que puede existir la religión sin la espiritualidad y la espiritualidad sin la religión.

Esa división, hace ya varios siglos, fue necesaria. Debido a que en la época en la que se llevo a cabo, la religión tenía tomado el poder de las decisiones en todos los ámbitos de la sociedad.

Hace muy poco tiempo, la ciencia ha descubierto que el cerebro humano puede tener experiencias de tipo espiritual o místicas, como las que se producen en aquellos momentos en que la muerte acecha.

Tal descubrimiento, ha puesto sobre la mesa una pregunta sumamente importante: ¿Es la división que suele establecerse entre cuerpo y espíritu tan absoluta?

Las investigaciones demostraron que este tipo de experiencias espirituales se producen cuando se activan unas estructuras cerebrales presentes en el llamado sistema límbico.

Dicho sistema, está compuesto por distintas estructuras cerebrales que desencadenan determinadas clases de respuestas fisiológicas cuando se producen estímulos emocionales. Es decir, que en presencia de ciertas emociones nuestro cerebro produce respuestas orgánicas.

Un estudio reciente demostró como ante la estimulación intencional del sistema límbico, se producían en el cerebro varios tipos de experiencias místicas y otras, muy similares, a las tan divulgadas experiencias que se producen en las personas que están próximas a la muerte.

En todas, las personas refieren perder el sentido del tiempo y del espacio y la sensación de lo experimentado se considera muy intensa, incluso más presente y profunda que la realidad cotidiana. Se cree que esto está relacionado con la llamada amígdala, una estructura del cerebro emocional o sistema límbico, que parece es quien da sentido de realidad a los sucesos que llegan desde el exterior y son procesados por nuestro cerebro.

Las personas que han estado cerca de la muerte o clínicamente muertas, y que volvieron a la vida de manera espontánea o por maniobras de resucitación, han contado sensaciones y experiencias muy similares a las producidas por la estimulación realizada para estas investigaciones. Entre otras: dificultad de expresar con palabras las sensaciones vividas, impresiones de paz y de felicidad completas, desplazarse a través de un túnel oscuro en cuyo final hay una luz blanca muy brillante, sentirse como flotando fuera del cuerpo, observar el propio cuerpo desde lo alto, el encuentro con personas fallecidas, encuentros con seres espirituales y la revisión, como en una película muy veloz, de la propia vida.

Hoy, se pueden provocar esas experiencias de manera experimental, estimulando una parte de la corteza cerebral, comprobando así la veracidad de estas experiencias.

Que en el cerebro puedan verse las experiencias espirituales, hasta ahora consideradas dudosas para los escépticos, podría hacer tambalear una edificación materialista en la que se asienta parte del pensamiento occidental.

Cabe también preguntarse, si el ser humano tiene una tendencia innata a la espiritualidad. Los avances en neurociencias modifican conceptos de la realidad, claro que eso llevará mucho tiempo, pero sin dudas, sus respuestas en lo particular, contribuyen a que avance el conocimiento sobre nosotros mismos. Lo cual no es poco.

En los últimos años ha habido un considerable aumento en las investigaciones dedicadas a estudiar las respuestas cerebrales a las experiencias espirituales. Los avances y mejoras en la tecnología nos ofrecen cada vez mejores imágenes cerebrales y, ésta, puede ser la respuesta para estos nuevos descubrimientos y de gran interés para el mundo científico, que pretende tratar de comprender la espiritualidad y el misticismo desde un punto de vista neurobiológico.

Actualizado el 04 de octubre de 2015
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